Vivencias en la COE 81 en los distintos empleos de suboficial

Comandante Ricardo Candal Gestal

Antiguo Sargento, Sargento 1º y Brigada COE 81

Mi primer contacto con la boina verde fue en octubre de 1974 en la COE 61 (Burgos). Permanecí en ella hasta diciembre de 1976 que, por motivos obvios, pedí destino a la COE 81 (Orense) pues soy natural de A Coruña. Recuerdo con mucho cariño esa etapa en Burgos que me valió para foguearme y entender lo que era una COE.

Me presenté en enero en el campamento de El Cumial. Me sorprendió el sitio pues al venir de Burgos donde al principio la compañía estaba ubicada en un edificio en el medio de la ciudad (calle Victoria), teníamos que atravesar muchas calles para hacer cualquier cosa. El Cumial, muy al contrario, estaba separado de la urbe, rodeado de pinos y eucaliptos y tenía las debidas instalaciones para hacer la instrucción, incluso el tiro, al lado de los locales.

Tal era así que, enfrente de la puerta de la COE, existían dos explanadas escalonadas: una para instrucción y otra más grande que era el campo de tiro. A un lado del foso se alzaba una torre de escalada, un pasillo de fuego y el conguito. A la izquierda del campo de tiro, en los eucaliptos, había unos pasos elevados y en la parte alta del campamento la pista americana.

En ese momento mandaba la compañía el capitán Pablo Perera; los tenientes eran Lorenzo Navarro, Ramón Andrío y José Núñez. No había brigada pues se había marchado Martínez, uno de los fundadores de la COE un poco antes. Los sargentos eran José Evia, Arturo Rodríguez, Manuel Rodríguez, Ramiro Calvo y, por último, Fermín Nieto y yo que nos incorporamos juntos.

Mi primer monte fue la fase de nieve, hay que aclarar que en esos años las COE carecían casi de medios para desplazarse. En Orense se disponía de un Viasa, un Land Rover 1300, un camión Reo y una furgoneta Ebro y esto implicaba que los traslados se realizaban en tren o andando. Aclarado este punto, la fase de nieve se llevaba a cabo en Cabeza Grande de Manzaneda y se pernoctaba en Puebla de Trives. Para llegar allí desde Orense íbamos en tren a Montefurado, nombre que viene de cuando los romanos hicieron un agujero al monte para desviar el río Sil y así explotar el oro que había en el cauce seco. Desde Montefurado marchábamos andando hasta la central eléctrica del mismo nombre y desde allí por el medio de los tubos de presión subíamos por unos escalones muy irregulares acortando el camino pues la carretera ascendía en zigzags montaña arriba.

La tropa tenía un mes de permiso en invierno y otro en verano. Los siguientes meses no recuerdo las salidas; pero en el mes de julio fuimos 20 días repartidos entre supervivencia y fase de agua. La primera se hacía en la isla de San Martín, la más al sur de las Cíes, para ello íbamos en tren a Vigo y andando a la Escuela de Transmisiones y Especialidades de la Armada (ETEA) donde subíamos a un barco de la Marina de Guerra que nos acercaba a la isla. Como esta no tenía embarcadero, el barco fondeaba y trasladábamos el personal y el material en Zódiac y en un pontón de Ingenieros con un motor fueraborda. Como este pontón iba remolcado por el barco, un año cabeceó y se sumergió la proa y acabó en el fondo de la ría. Me imagino que fue el último pues, al final, nos echaron de allí por comernos los pichones de las gaviotas (acoso y derribo del Faro de Vigo).

Pasaron varias anécdotas. Una fue que la tropa, a pesar de tener totalmente prohibido comer ninguna cosa que no fuera previamente revisada por un mando, ocurrió que, una vez, un soldado comió un tubérculo y se puso malísimo. Tuvimos que trasladarlo convulsionando por la noche en Zódiac al puerto de Panxón donde nos esperaba el sargento Arturo. De allí, se continuó a Vigo al hospital del que desconocíamos su ubicación. Paramos junto a un peatón y le preguntamos por el hospital y cuando el paisano empezaba a explicarse Arturo lo cogió de la chaqueta y lo metió en la furgoneta. Una vez dentro le rogó que nos indicara el camino. Por suerte con el movimiento de la Zódiac y del vehículo el soldado vomitó y con un lavado de estómago que le hicieron en el hospital la cosa quedó en nada. Por cierto, al final llevamos al paisano a donde él quiso.

La fase de agua se efectuaba en Panxón; acampábamos en una antigua batería de Costa en Monteferro. Repetimos varios años hasta que nos echaron de las Cíes y pasamos después a hacerla en San Vicente del Mar (El Grove, Pontevedra).

Yo he tenido tres periodos en esta COE. El primero de diciembre de 1976 a abril de 1983, dado que pedí destino al Regimiento de Infantería Aerotransportable (RIAT) 29. Aguanté allí hasta octubre de 1984 (echaba de menos la boina) y regresé a la COE voluntario. Permanecí allí hasta mi ascenso a brigada en julio de 1985. Y el tercer período, ya de brigada, de septiembre de 1986 hasta la disolución en diciembre de 1987 cuando nos incorporamos al GOE VI.

En estos casi 9 años, día a día en esta COE y, transcurridos ya más de 40 años, soy incapaz de recodar las fechas y los sitios en los que estuvimos de maniobras y las salidas al campo; pero, aparte de las fase de nieve y agua, todos los años había guerrillas, unas veces con la BRIDOT, otras con la BRILAT y unas que se hacían dentro de la COE en el que se infiltraba un pelotón, se designaban objetivos y el resto de la compañía intentábamos cogerlos.

En este tercer periodo de brigada, se produjo un caso peculiar, quizás único en el Ejército español. Estábamos dos brigadas en la COE en la misma vacante. Esta se la habían dado a Sergio Dacoba que no era diplomado cuando me la tenían que haber dado a mí que sí lo era. Al reclamar y pasar el tiempo reglamentario, me destinaron a la misma vacante. De este modo Dacoba se encargó de la administración y yo me hice cargo de la tercera sección puesto que uno de los tenientes, Gómez de Salazar, se fue a hacer el curso de gimnasia. Los jefes de pelotón que tenía en la sección eran los sargentos Núñez Vicario y Cachalvite y el cabo 1º Míguez. Vicario era de los que se apuntaba todo por lo que me pasó los sitios donde estuvimos y que, a su vez, los remití para confeccionar el historial.

Hay algunas salidas que sí recuerdo por circunstancias personales. En marzo del 78 tuvimos guerrillas con la BRIDOT. Me tocó ir contra el Escuadrón de Caballería de Lugo y tuve un percance que casi me supone no poder casarme el 1 de abril. En marzo del 79 fuimos a Castro de Beiro (Orense) me acuerdo porque tuve que salir corriendo hacia A Coruña porque nacía mi hijo (llegué tarde). En junio del 81 fuimos a Jaca a las guerrillas del curso, a los tres días de estar allí mi mujer se puso de parto por lo que pillé el tren para regresar A Coruña (otra vez llegué tarde, mi hija nació cuando yo estaba en Miranda de Ebro). En diciembre del 81 fuimos a Vilardevós (Orense) vino la TVE y montamos el reportaje del día de las FAS (pasos de río, un poblado de supervivencia, emboscada y en El Cumial salto de camión, tiro, etc.). Finalmente, el 28 de diciembre del 87 nos incorporamos al GOE VI.

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