Coronel José Luis Isabel Sánchez
Antiguo Teniente de las COE 81 y 32
No son muchos los recuerdos que guardo de mi estancia en la COE 81 de Orense, dado que tan solo permanecí siete meses en ella. Fui destinado con carácter forzoso en el mes de octubre de 1969, recién terminado el Curso de Guerrilleros. Mandaba la unidad el capitán José Camiña Rivas y completaba el cuadro de oficiales Manuel Molina Macho, de la XVI Promoción, y Raúl García Díaz, de la XVII, y que había sido destinado forzoso al mismo tiempo que yo.
Mis compañeros eran bellísimas personas, trabajadores, atentos, solo se puede decir de ellos cosas buenas. Molina murió a los pocos años, dejando cuatro o cinco hijos. La esposa de Raúl y la mía congeniaron y acostumbrábamos a salir juntos por Orense y a recorrer los alrededores, montados en el soberbio coche que había comprado tras su permanencia en el Sáhara, un Ford Taunus. Del capitán poco bueno puedo decir, pues era una persona intratable, déspota con los soldados a su mando y poco cercana a sus oficiales. En este sentido, como anécdota, recuerdo que hubo una reunión de oficiales de las dos COE en Lugo para preparar unas maniobras conjuntas y, para ello, se trasladó el capitán Camiña acompañado solo del teniente Molina. El capitán Vicario, que mandaba la COE de Lugo, le preguntó que por qué no había llevado a los otros dos tenientes, a lo que respondió Camiña que porque estaban forzosos.
Hacíamos la instrucción en el campamento de El Cumial, al que los mandos nos trasladábamos dos veces al día, o tres si había instrucción nocturna. Los diez días de salida al campo no se perdonaban, siempre trabajando bajo la lluvia, continuamente empapados, con los tres uniformes que llevábamos oliendo a humo por tener que secarlos en el fuego de las hogueras, plantando la tienda en terrenos fangosos -los conocidos como “lameiros”-, o durmiendo en las aldeas en el corral de las vacas, sobre un colchón de tojo o, incluso, en el interior de un horno de pan, como lo hice en una ocasión. Me fue imposible seguir el consejo de uno de mis sargentos de tomarme por la mañana al levantarme, y en ayunas, un buen lingotazo de orujo, único remedio para evitar el reúma. Me asombró la abundancia de las comidas. La mesa del desayuno aparecía cubierta de los más variados alimentos; decían los de allí que la única forma de combatir la humedad era alimentarse bien. Asistí a la boda de uno de mis sargentos y, en la comida, no paraban de sacar platos de la cocina.
Las salidas al campo eran en las proximidades de las aldeas. Respecto a los ejercicios tácticos recuerdo los realizados en abril de 1969 en Rozas (Lugo), que en junio fueron de conjunto en la misma zona y en agosto en Taboada (Lugo).
En la salida a Rozas, participamos en la festividad del santo patrono desfilando una sección en la procesión, por lo que a los mandos nos invitaron a comer. Invitaron también a una pareja de buzos de la Armada que habían estado tratando de localizar en el Miño el cadáver de un joven de la localidad que se había ahogado y que parece ser que dedicaban su tiempo libre a la recogida de percebes y almejas, por lo que se presentaron con dos sacos llenos de tan sabrosos manjares.
El capitán Vicario, fundador de la 82, que gozaba de gran prestigio entre sus subordinados, fue destinado en agosto de 1969 a la COE 32 en Paterna (Valencia), de nueva creación, y allí solicité ir yo también con carácter voluntario. Mis recuerdos de Orense son muy buenos. Era una ciudad acogedora.
Un comentario
Mi Coronel yo soy un servidor de la COE81, ingrese en febrero del 84 ,hoy Tte. en la reserva desde hace mui pocos meses, con todo respeto de este subordinado y sobre todo todo Infante y Guerrillero de la COE81, sepa Usia, he sido el ultimo guerrillero en activo de esa gran compañía y el ultimo soldado en ingresar en la AGBS y ahora oficial en la reserva.
Con todo mi respeto Un abrazo mi coronel, de guerrillero a guerrillero.