Joaquín Moreno, coronel de infantería (reserva)
Vicepresidente de la FEDA-VBVE
Carballón, Nevada, Malaguita, Martí, Tío Juan, ¡Qué extraordinarios soldados!, ¡guerrilleros! Ellos ayudaron a forjar nuestras unidades, a forjarnos incluso a nosotros, sus mandos; no recibían nada distinto a otros soldados a cambio de entregar los meses de su servicio militar obligatorio a las unidades que en aquel momento consideraban más duras del ET; pudiéndolo hacer en la unidad a la que habían ido destinados simplemente, absteniéndose de levantar la mano, como hacía la mayoría, delante de los equipos de captación. Ellos se iban a convertir en nuestros Guerrilleros, pero también … en algo más.
El Servicio Militar Obligatorio en las COE
No quiero tratar en este artículo la historia de las unidades de operaciones especiales en el Ejército de Tierra, pero sí recordar que desde la creación de la primera unidad el 13 de diciembre de 1961, y a pesar de ser de las unidades más modernas del ET, sobre todo si las comparamos con nuestros gloriosos regimientos a los que les contemplan siglos de historia y batallas, se han ganado un respetable prestigio y han visto, y vivido, la evolución y reorganizaciones más recientes de nuestro ET, implicando cambios en organización, dependencia, etc.
Desde las primeras Compañías de Operaciones Especiales conocidas como COE, los Grupos de Operaciones Especiales o GOE y el actual Mando de Operaciones Especiales (MOE), hasta la recién creada estructura conjunta del Mando Conjunto de Operaciones Especiales (MCOE), han sido muchos los compañeros, mandos y tropa, que han dedicado todo su esfuerzo y su vida al prestigio que en tan pocos años han adquirido nuestras unidades.
Tampoco se trata de hacer una comparativa entre el Servicio Militar Obligatorio (SMO) y un Ejército profesional, pero sí me gustaría recordar, y dar una pincelada a aquellos que no conocieron el SMO, de lo que podía pasar por la cabeza de la juventud española, y en concreto de aquella que acababa sirviendo en las COE.
Sea cual fuere la situación social, económica o profesional en la que se encontrara un joven español, sabía que tenía que servir a España entregando unos meses de su vida a su formación en la Fuerzas Armadas. La fórmula, tiempo de permanencia, posibilidad de suspender temporalmente el servicio a través de lo que se conocía como prórrogas, etc., varió a lo largo de los años. Pero ese período, más o menos largo de su vida, sabían que lo tenían que cumplir.
En las familias, en la universidad, en los trabajos, en las reuniones de amigos, era un tema muy habitual de conversación, hablar cada uno de su paso por el SMO, conocido coloquialmente como “la mili”. Anécdotas, viajes (en muchas ocasiones por primera vez en la vida para muchos jóvenes), maniobras, amistades, arrestos, jura de bandera, noviazgos… eran tema de conversación de muchos (incluso durante toda la vida) y de atenta escucha por parte de aquellos que estaban pendientes todavía de ser llamados a filas.
Será duro sí, ¿y?…. (foto Vicente Bataller)
Pero era una etapa de la vida, un momento, que de una u otra manera iba a llegar. A pesar de estar establecido por ley a una edad determinada, a cada uno le podía coger en un momento muy personal de su vida en el plano sentimental, familiar, de estudios o trabajo, etc. En la mayoría de las ocasiones daba la impresión que no llegaba en el mejor momento; pero definitivamente había que incorporarse a filas.
Cada antigua Capitanía tenía dos COE adscritas a un Regimiento, a las que había que sumar la Unidad de Operaciones Especiales de La Legión y la COE de Jaca que estaba encuadrada en la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales (EMMOE).
En el Ejército de Tierra, cuando nacieron las unidades de operaciones especiales, las primeras compañías conocidas como “las COE», una condición era que los que sirvieran en ellas debían hacerlo con carácter voluntario, de entre aquellos incorporados al SMO.
Para ello, desde las propias COE, se desplazaban a las diferentes unidades y CIR (Centros de Instrucción de Reclutas) equipos de captación que ofrecían durante breves días, una visión de las unidades de OE y aquellos que se sentían atraídos pasaban una serie de pruebas de evaluación para asegurar unas mínimas capacidades individuales necesarias para cumplimentar el exigente plan de instrucción de las mismas.
Relevo de Banderín en Zaragoza
En este panorama, no se ofrecía ninguna compensación en metálico mayor que la que podían tener en la unidad en la que habían tenido en suerte servir. No se ofrecían más días de permiso. Todo lo contrario, se ofrecía un intenso trabajo, con una formación muy exigente, con una gran variedad de actividades, con muchas más salidas de maniobras (una media de 120 días al año) que en cualquier otra unidad. Pero sí que se aseguraba siempre, que iba a ser una etapa de su vida que no iban a olvidar jamás y que les iba a marcar de por vida.
Lo que pasaba por la cabeza de aquellos jóvenes que escuchaban aquellas primeras charlas de captación nunca me lo pude imaginar; o sí. Tanto de las pocas decenas entre miles que había en los CIR, que levantaban la mano, como en las de cientos que no lo hacían.
Cuando me quedaba con ellos, con lo que habían decidido dar el paso para hacer aquellas pruebas físicas y culturales a las que los sometíamos, lo primero que les decía era que, independiente de si eran escogidos o no, eran jóvenes distintos a los demás; les decía que ya tenían algo “especial”. Fuese el que fuese el motivo que les llevara a levantar la mano, habían elegido más esfuerzo sin esperar nada a cambio que no fuera su propia satisfacción personal.
Ellos iban a liderar, con el paso de los años, las conversaciones que poco antes de su ingreso en filas, escucharon en los bares de sus pueblos, de sus barrios, en las reuniones familiares, de amigos, etc.
Mereció la pena
Ese algo más, muchos años después de haber cumplido con su servicio militar, después ya de más de tres lustros de haberse finalizado el servicio militar obligatorio, se traduce en distintas actividades y cuestiones tangibles e intangibles.
Como tangibles, la permanente relación que desde siempre han tenido la mayoría de los guerrilleros que han servido en sus filas con sus unidades de procedencia. En forma de cartas, en forma de visitas, en forma, en algunos casos, de hijos que volvieron a hacer su servicio militar en una COE, como su padre ¿verdad Luis? Pero también en el asociacionismo que, con los tiempos, ha sido una forma de seguir manteniendo el espíritu que en su día se les inculcó, y de qué manera, en las COE y GOE donde hicieron “su mili”. Pero también, en las distintas reuniones de veteranos que, a lo largo del año, a lo largo de toda España, todos los años, se celebran para recordar lo vivido y para mantener el espíritu de cada COE, que es el espíritu de sentirse español y orgulloso de sus Fuerzas Armadas.
Como intangible, ese espíritu de unidad que lleva a sentir lo mismo por cada uno de los que en ellas han servido independientemente del lugar y de la época. Ese sello que quedó indeleble en las mentes, en los corazones y, en muchos de ellos, incluso físicamente en algunas partes de su cuerpo con motivo de lesiones o fracturas.
Un elevado porcentaje de ellos se ha asociado como una forma de poner en valor o, al menos, recordar aquella etapa de su vida juvenil con otros compañeros, que entiendan porqué lo hicieron, porqué dieron más a cambio, aparentemente, de nada. Incluso sus familias se ven involucradas en una forma de ser y pensar no muy común en los tiempos que corren.
Enarbolar el guion de las operaciones especiales
En las reuniones que llevan a cabo estas asociaciones, son muchas las iniciativas que surgen, raids, jornadas de actividades de aventura, jornadas de ejercicios de paint-ball, marchas y excursiones o simplemente cenas y comidas. Todas ellas se concretan de una forma u otra, pero me gustaría referirme a una de ellas: la Operación Antorcha. Esta operación nació en el ya desaparecido «Foro Antiguos Veteranos Boinas Verdes». Alrededor del año 2010. Allí se ocurrió la idea de crear un banderín con el que se recorriese a pie, portado por veteranos guerrilleros, toda la geografía española y pasase por cada uno de los lugares donde existió una COE independiente o un GOE.
La iniciativa tuvo una gran aceptación por parte de los componentes del foro y la Asociación de Veteranos Boinas Verdes de Andalucía, con sede en Málaga, costeó de su bolsillo el banderín que puso a disposición de miembros del foro para que se iniciara la andadura del mismo. Por su parte, la Asociación de Murcia puso el mástil.
El banderín se trasladó al archipiélago canario en 2011 donde hizo su inicial recorrido por las islas de Gran Canarias y Tenerife, en recuerdo de las COE 102 y 103, a cargo de las asociaciones VBV de Tenerife y Canarias. Luego pasó a la Península y comenzó su recorrido peninsular en Huelva, y continuó por varias ciudades más.
Y así llegamos al 12 de noviembre de 2016, celebración del XXXV aniversario de la creación de la COE de la EMMOE (creada el 9 de noviembre de 1981), fecha en la que un grupo de veteranos guerrilleros de la COE 52 de Barbastro llegaron marchando por relevos desde Barbastro hasta Jaca y entregaron el guion frente a los locales donde se ubicó la COE de la EMMOE a otro grupo de veteranos de esta última, en un sencillo pero emotivo acto.
A su vez, los de Jaca se comprometían a marchar hasta Zaragoza, también por relevos, para ceder el mismo guion a un nuevo grupo de veteranos de la COE 51 de Zaragoza; y así continuaría sucesivamente la marcha que sólo se detuvo, momentáneamente, por la pandemia. En el nº 2 de esta revista se hablará con mas detalle de la operación Antorcha.
Iniciativas como la operación Antorcha, o el conmemorar anualmente las fechas de las distintas creaciones de las unidades, el participar y fomentar actividades recreativas, el mantener el contacto con sus antiguos mandos y compañeros, pero sobre todo, recordar las vivencias de aquel servicio militar y mantener su amor a España es lo que lleva a perpetuar el espíritu guerrillero que, en la mayoría de las ocasiones hemos podido constatar que trasladan a sus entornos familiares y amistades que, en muchas ocasiones, les siguen a cualquier reunión o actividad que se celebre.
Al igual que nuestras Fuerzas Armadas, nuestro Ejército y sus Operaciones Especiales han evolucionado, se han adaptado a lo que actualmente se exige de ellas, pero su espíritu permanece entre sus hombres.
“Sé parco en palabras, que los hechos hablen por ti; si crees que eres el mejor, demuéstralo; sin olvidar nunca que eres uno más.”
XXIX Aniversario COE EMMOE
3 respuestas
Mis felicitaciones y enhorabuena al equipo directivo de la Federación de Asociaciones de Veteranos Boinas Verdes de España (FEDA-VBVE) por llevar a cabo con éxito, la tan esperada página web y sobretodo a su creador, el antiguo guerrillero GOE III – COE 31 Richard Escrivá, por tan magnífico y profesional trabajo realizado.
Fui guerrillero de la COE 22 Huelva (reemplazo 1974/75) y actualmente vivo en Madrid. Muchas gracias por el artículo, es excelente y recoge muy bien el espíritu general de todas las unidades especiales.
Saludos cordiales al Equipo de la FEDA-VBVE (*)
(*) Nota aparte: He entrado en todos los apartados de la Web, creo que está muy bien diseñada. Felicidades a los Técnicos de Informática que la han hecho nacer…
Muchas gracias por tus palabras, te lo agradezco de parte de todo el equipo de la junta directivs. Un saludo