Jorge Vicuña Martínez, el Vasco, el Judoka
Antiguo Cabo de la COE 52 (1971/72)
Hace unos meses telefoneé a la emisora de radio «Radio Tele-Taxi», con sede en Barcelona, frecuencia 104 en Alicante. Tienen unas atenciones maravillosas con los oyentes que les llamamos y, sobre todo, con «los muy mayores «, les alegran la vida, ya que muchas personas están solas y esos locutores son muy agradables. Pues bien, primero, llamé al teléfono para pedir y dedicar una canción a mis compañeros boinas verdes de la promoción 1971/72 y, también, para a todos los oyentes, la canción, Les Rondes de Vi del Grup de Folk y en segundo lugar le pedí al locutor, Richard Bertomeu (que es una persona que lleva el humor y la entrega sin igual), que me ayudase, dejándole mi teléfono, a ponerme en contacto con algún compañero de mi promoción. Me llamó alguno, pero no de mi quinta. La canción es muy movida, de fiesta, de juergaza, la cantábamos con el acompañamiento del guerrillero Ariel a la guitarra. En ocasiones la cantábamos en la compañía, allí se juntaban aragoneses, catalanes, vascos, etc. (menuda ensaladilla). Otras veces en la cantina o en los descansos de las maniobras, etc., luego en el trabajo.
Cuando entrabamos en el cuartel cantábamos a paso ligero «Guerrilleros, guerrilleros, guerrilleros «, el patio temblaba. Por el campo Boinas verdes, guerrilleros, Bella Ciau, y hasta la de “Las sardinas de Santurce”.
Recuerdo cuando llegamos a Barbastro procedentes del CIR de San Gregorio, como esas vaquillas que las han pinchado alguna vez, embarcados en aquella aventura, en aquella experiencia que resultaría inolvidable y aprendería a que me toreasen todas mis infantilidades. Recuerdo los ratos agradables porque los difíciles se olvidan, aprendimos muchas cosas útiles todas, como escalada, rápel, esquí, supervivencia, iglús, manejo de explosivos, estrategias (algunas solidarizándonos con la población civil para tenerlos como aliados), topografía, judo y defensa personal.
Esta disciplina la impartía un servidor. El capitán Sanz me ordenó que todos mis compañeros tenían que aprender muy bien, sin lastimarse, para lanzarse en parábola y salvar una zanja, con «Mae Mawari o Zempo Gaiten Ukemi, pasar por encima de dos cetmes con bayoneta (con funda), saltar de un camión en marcha, también «Ushiro Ukemi” (caída trasera) y otras. En una ocasión que estábamos en el tatami, el entonces sargento Aguilar (qepd), que posteriormente falleció como un héroe, sofocando un incendio y le reconocieron con el grado póstumo de subteniente con todos los honores, me dijo un día, “A ver, Jorge, inmovilízale a este, a ver si no se te escapa”. Era un veterano, un veterano boina verde, ¡Ja!, muy fuerte. Yo recién llegado… pues, no se escapó. Yo, cinturón negro, peso ligero, 63 kg. Pero no sabían que era Campeón de España, ¡Os podéis imaginar! Allí, el follón con veteranos y pipuelos, recién pistolos, pero ya teníamos la boina… habíamos pasado la prueba del fuego. Por cierto, en la actualidad soy 8 Dan y sigo con este deporte que enseña el respeto e invita a la amistad, que es el más profundo sentimiento del ser humano, entre otros ocho valores o cualidades, el honor, la lealtad, etc.
El entonces, sargento Aguilar, los primeros meses era el “Coco » de los nuevos. Nos hizo unos hombres, a base de disciplina, y formación… y lo entendimos enseguida y agradecido más tarde. Un día de movida en que se hacía la bola más grande, nos dijo: “Vosotros no sois compañeros ni naaaaa, lo que sois… unos coincidentes”. Era verdad y me he acordado toda la vida, pero luego si tenía que ser muy duro cuando se iba un reemplazo de veteranos y comenzar de nuevo con los mochuelitos.
Recuerdo a mis compañeros, ejemplo, a Jordi Martínez (el cabo 1º, el Karateka ) que me invitó a la boda de su hermana en Arenys de Mar, era de Mataró. En una ocasión con unos compañeros vascos, yendo a San Sebastián, se nos rompió un Renault gordini (el coche de la viudas, llamaban )… y en Benasque nos pusimos «tibios» de longanizas a la brasa… ¿Y por qué os cuento todo esto? Para que intentéis todos comunicaros con vuestros compañeros porque la amistad es como una planta: se la cuida, regándola, podándola, abonándola, buscándole el mejor sitio y hasta se le canta…
A propósito, una pregunta ¿cuándo va a volver «la mili «? porque hace mucha, mucha falta, pero, mientras tanto, un consejo: llevar a vuestros hijos, nietos, etc. a un gimnasio de judo.
Tengo muchas experiencias que contar, pero me limitan este espacio. A ver, hay una cosa que me llena de orgullo, porque me hace sentirme español, por ejemplo, es cuando salimos nuestra Asociación de Veteranos Boinas Verdes (AVBV) de Alicante del acuartelamiento de Rabasa con alguna actividad y al pasar por alguna población mucha gente grita «Viva España» y nos aplauden
Ya tenemos creada, a raíz de esto, y gracias a la emisora Radio Taxi, una plataforma de Facebook Yo hice la mili en el cuartel General Ricardos (Barbastro, Huesca).
Antes de cerrar este escrito me acaban de llamar estos días el primer compañero de mi quinta del que recuerdo una anécdota: este compañero cuando estábamos todos formados y nos dieron la blanca, la ató a una cuerda y la fue arrastrando desde la compañía, diciendo: “14 meses detrás tuyo y, ahora, saldrás detrás de mí”. Era un figura (se quedó arrestado unas horas más). También he tenido la satisfacción de haber establecido contacto con Piluka, la hermana del subteniente Aguilar, y con su hijo Rafael y su familia, toda una saga de militares y me ha dicho que a su hermano le levantaron un monumento in memoriam.
Finalmente, después de licenciarme me quedé dos años por Barbastro y Monzón, donde abrí escuelas de judo y coincidía en el club social del Airón Club (de Monsanto Ibérica de Monzón) con los que habían sido mis mandos, capitán Sanz, sargentos Aguilar y Moreno, los dos tenientes, el brigada (lo siento pero no me vienen los nombres) y me decían: «Jorge tienes 6 meses para ingresar en la academia militar), ¿Quién sabe…? Es el destino de cada uno; en aquellos días, me llamaron de Zaragoza, y aprobé una oposición para el banco Zaragozano. Yo no me hice militar pero tengo la gran satisfacción de tener un hijo militar y de pertenecer a la AVBV de Alicante.