Coronel José Antonio Vega Mancera
Antiguo Teniente COE 91, Capitán COE101/7 y Teniente Coronel GOE III
Este es un breve recuerdo de las vicisitudes de un reemplazo que sirvió en la COE 91, el 82/6º y los voluntarios del 83/6º, y del teniente que tuvo la fortuna de compartir con ellos un año extraordinario como jefe de la II sección de la COE. Su posible valor como testimonio no radica en que este reemplazo fuera especial respecto a los que le precedieron o sucedieron en la COE de Granada; sino, precisamente, en que sus vivencias y sus protagonistas son similares a todos ellos; un eslabón más en la pequeña historia de los guerrilleros granadinos. No contiene nombres propios; sin embargo, a quienes vivieron aquellos tiempos no les costará, probablemente, reconocer algunos protagonistas.
El joven oficial fue teniente tres años y tres meses. Como se lesionó en su primer año en el Curso de Operaciones Especiales, cuando se diplomó le quedaban soólo quince meses en ese empleo. La suerte le sonrió y pasó ese año y pico en la COE de Granada, la 91, a las órdenes de un extraordinario capitán, jefe admirado y de reconocido prestigio, reforzado por las dos cruces rojas que lucía en la guerrera. Como este capitán tenía, además, “ojo profesional”, encuadró a los dos recién llegados (y algo pardillos) del XXVII Curso OES, un sargento y el teniente, en la II sección. Así estuvieron apoyados por el sargento primero más antiguo de la COE, magnífico suboficial, líder natural de tropa, atleta de increíbles aptitudes, que acabó su vida activa como prestigioso suboficial mayor, y un joven, pero ya experimentado, cabo primero, otro sobresaliente mando guerrillero, que años después ha demostrado (y continúa) su valía humana asumiendo responsabilidades en la AVBV de Granada. Añádase, para completar el cuadro, un veterano teniente al frente de la otra sección, una de las personas con mayor capacidad de organización que conoce el autor de estas líneas; tenía fama de áspero en el trato; sin embargo, ambos oficiales desarrollaron amistad y magnífica colaboración, pese a los 16 años de diferencia de edad.
Incorporación el 1 de agosto de 1983, con tan solo quince días de permiso, tras recibir el diploma en Jaca. Primera fase de agua en San Juan de los Terreros (Pulpí, Almería), al mando de una sección de veteranos, próxima a licenciarse. Hay que recordar que en esos años el servicio militar obligatorio duraba quince meses en filas; descontadas las diez semanas de reclutas en los CIR, los guerrilleros permanecían en las COE justo un año. A principios de septiembre, captación en el CIR 6 de Viator, Almería (base “Álvarez de Sotomayor”), seleccionando a 37 aspirantes a guerrillero del reemplazo 82/6º, de entre unos 60 voluntarios. A ellos se unirán una decena del servicio militar voluntario del 83/6º, que han pedido hacerlo en nuestra unidad.
El 13 de octubre se incorporan todos al cuartel de Cervantes, Granada, base de la COE 91 y, tras el tiempo imprescindible para realizar algunos trámites administrativos, “Maracena”, “Maestro”, “Padre Planos” y el resto de sus compañeros salen hacia el campamento de Padul (“Alférez Rubio Moscoso”), a pasar su primera y movida noche en la COE. Un duro e intenso mes los lleva hasta la “prueba de la boina” y a que 36 de ellos reciban al día siguiente, 16 de noviembre, el preciado distintivo de su pertenencia a los guerrilleros.
Por fin pueden alojarse en los cuidados locales de la COE en el cuartel, compartido con el Regimiento de Infantería “Córdoba” 10 y la Cía. 91 de Policía Militar, vecinos en el mismo edificio. Y sigue la vida de los nuevos guerrilleros, enlazando actividades sin pausa: tiro y explosivos en Padul, Patrona de Infantería, instrucción de combate, recorridos topográficos (Sierra Elvira, con fama de “mágica”; el embalse de Cubillas, al que se iba y volvía corriendo…), prácticas de escalada en el barranco de Padul, salidas mensuales al campo. La ventisca nos sorprende a principios de 1984 cruzando la divisoria de Sierra Alhamilla (Almería), para bajar al campo de maniobras de Viator y practicar el combate en población o el tiro con morteros y ametralladoras, llegando a los temas con fuego real. Y, en febrero, se sube a Sierra Nevada para la fase de nieve, alojados en el refugio de Las Sabinas (hoy “General Oñate”), en esa época muy rústico de instalaciones, como corresponde al estilo de vida guerrillero. En marzo, guerrillas contra el RI 10 en la Sierra de los Guájares, valles de clima subtropical próximos a la costa mediterránea, con el apoyo (¡cómo no!) de la población local. Tema táctico con los paracas españoles y las Fuerzas Especiales jordanas, que finaliza con la “voladura” del puente de ferrocarril de Dúrcal (un “clásico” en los ejercicios de la COE); algún veterano recordará a los jordanos agotados, luchando de noche contra el barro en las turberas de Padul. Y patrullas en la Sierra de Almijara (abril del 84), pasillos de fuego, rápel en el puente de Dúrcal o en el depósito de agua del cuartel, más tiro y muchas otras actividades, hasta llegar a otro momento fuerte de la vida guerrillera: la supervivencia en Sierra Morena (El Centenillo, Jaén), del 5 al 14 de junio. Tan fuertes estaban ya “Jaimito”, “Paraca”, “Malagueño” y el resto que, cuatro días después, la COE destacaba, como no podía ser menos, en las pruebas físicas regionales.
Julio trae otra fase característica de la instrucción guerrillera, la de agua, acampados en un bosquecillo cercano a la playa de Terreros: largos recorridos nadando “en piña”, boga en los botes neumáticos IBS, supervivencia en la Isla de Terreros, salto al agua en el acantilado frente a Isla Negra (8 metros que a algunos les parecían 50), bautizo de buceo con botellas… Tras las vacaciones de agosto, patrullas en una Sierra Nevada ahora rocosa y abrupta y nuevos ejercicios de combate en el campo de maniobras de “Álvarez de Sotomayor”, comprobando cómo se ha mejorado en estos doce meses.
Finalmente, el licenciamiento el 21 de noviembre de 1984 (del 82/6º; a los voluntarios del 83/6º aún les quedaban unos meses). El teniente es capitán desde hace unas semanas, pero sigue en el cuartel (agregado al RI “Córdoba”) y no se pierde este momento con sus 36 guerrilleros. Un año que ha supuesto para tropa y mandos de la II sección, guerrilleros todos, un conjunto de experiencias intensas, de las que marcan muescas en el carácter y el corazón y hacen madurar deprisa a los jóvenes boinas verdes. Origen de fuertes lazos de hermandad que aún perduran.
Un año en la COE de Granada.
“Tornillos”