Los aspirantes del XVIII Curso de Aptitud Básica de Operaciones Especiales afrontan un exigente proceso de selección en Alicante
Texto: Felipe Pulido / Alicante Fotos: cabo1º Escribano (MOE) y subteniente José Hontiyuelo (DECET). Editado en Tierra. Edición digital: ejercito.defensa.gob.es Año VIII. Nº 82. Octubre 2022
Son muchos los aspirantes, pero solo uno de cada tres logra superar el riguroso proceso de selección que les habilita como alumnos del XVIII Curso de Aptitud Básica de Operaciones Especiales (CABOE). «Desde que empecé a formarme como buceador, entendí que el siguiente paso era estar aquí. Todos venimos con una preparación extraordinaria y hay que realizar un gran esfuerzo físico para lograr conseguir una de las plazas», explica uno de los soldados, encuadrado en la Compañía de Operaciones Anfibias del Regimiento de Pontoneros y Especialidades de Ingenieros nº 12.
El acuartelamiento «Alférez Rojas Navarrete», de Alicante, acogió, del 12 al 14 de septiembre, a los más de 150 militares de tropa que sueñan con formar parte del Mando de Operaciones Especiales (MOE), una unidad de élite del Ejército de Tierra, caracterizada por realizar misiones de especial complejidad, apoyada por sus equipos operativos.
La finalidad del curso es proporcionar a la tropa la instrucción y el conocimiento de los procedimientos y técnicas empleadas por estas unidades, tanto de forma individual como a nivel básico de patrulla, para su integración en los diferentes equipos del MOE.
El curso lo dirige la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales (EMMOE), localizada en Jaca (Huesca). No obstante, además de en esta ubicación, los seleccionados se forman en la sede del MOE, en Alicante, y en la Escuela Militar de Paracaidismo «Méndez Parada» —del Ejército del Aire y del Espacio—, en Alcantarilla (Murcia).
«Para la Escuela supone un esfuerzo muy grande, pero a la vez un reconocimiento, ya que somos el único centro de las Fuerzas Armadas acreditado por el Ministerio de Defensa para capacitar a los militares en Operaciones Especiales», destaca el coronel Alonso, director de la EMMOE.
Las fases del curso
Durante el CABOE, la formación está distribuida en un total de 1000 horas presenciales, que constan de dos módulos: básico y específico. En el primero, se pretende que el alumno conozca sus propios límites y sepa cómo actuar en situaciones de estrés. Realizan prácticas de topografía y navegación, transmisiones, superación de obstáculos, combate cuerpo a cuerpo y con armas de fuego, entre otros procedimientos.
«Durante esta parte es importante la resiliencia, pero también es fundamental transmitir a los alumnos la importancia de la humildad. Al estar tantas horas conviviendo con tus compañeros se convierte en algo fundamental y, si no controlas este aspecto, terminarás por no encajar con los demás», mantiene un sargento 1º del Grupo de Operaciones Especiales «Valencia» III, comisionado como profe-sor en el curso.
Tras finalizar el primer módulo, se prosigue con la fase específica, mucho más técnica. Se realiza vida y movimiento en montaña invernal y en medio acuático, paracaidismo y reconocimientos especiales. Además, se cuenta con la colaboración de helicópteros de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra.
Una vez concluido todo el programa, los militares que lo finalicen recibirán el distintivo del Curso de Operaciones Especiales y tendrán la oportunidad de portarlo en sus uniformes. Será una muestra de su orgullo como guerrilleros, pero también del esfuerzo que les empujó a conseguirlo.
El primer paso
Para formar parte de los admitidos en el CABOE es necesario superar una serie de pruebas que determinarán si los militares son aptos. Además, se establece un orden de puntuaciones, de acuerdo con sus resultados, para la asignación de las plazas disponibles.
«En esta convocatoria el corte está establecido en 60 militares. Teniendo en cuenta que ha habido un importante incremento de solicitantes, la nota determinará quiénes serán finalmente los alumnos que optan a realizarlo», asegura el subteniente Alcusa, jefe del CABOE.
Un Tribunal de Selección, presidido por el director de la EMMOE, es quien vela por el correcto desarrollo del proceso, que se ejecuta íntegramente en Alicante. El procedimiento se realiza por concurso-oposición y consta de una evaluación psicotécnica de los aspirantes y una serie de pruebas físicas. De este modo, deben superar lo estipulado en diferentes disciplinas como fuerza, resistencia, velocidad y habilidades.
Las pruebas puntuables son: una carrera de 8 kilómetros, flexiones, abdominales, dominadas y el circuito de agilidad. Además, se tiene que ser apto en piscina, apnea y la prueba final de desnivel.
Precisamente, en esta última deben recorrer un itinerario de terreno montañoso, con 1500 metros de desnivel positivo acumulado, transportando una mochila cargada con 10 kilos de peso.
Los aspirantes deben superar pruebas físicas de fuerza, resistencia, velocidad y habilidades.
Los militares, además, tienen que superarlo en un tiempo máximo de 4 horas.
Aunque la calificación, en principio, es apto o no apto, en caso de igualdad de puntos se resolverá con el orden de mejor clasificación en esta prueba.
Uno de los aspirantes, con dorsal 45, logra superar la prueba de montaña en primer lugar. Sin embargo, su clasificación en el resto de pruebas le hace temer que podría quedar fuera de esta convocatoria: «En la prueba de abdominales he bajado la nota con respecto al resto de compañeros. Hay mucho nivel y la mayoría es gente muy preparada. En caso de no lograrlo esta vez, me centraré más en la técnica para conseguirlo en la próxima», manifiesta el soldado, perteneciente al Regimiento «Galicia» nº 64, de Cazadores de Montaña.
Finalizado el proceso de selección, los alumnos pasarán a formar parte del CABOE. Solo es el comienzo, pero el objetivo es compartido con el resto de unidades del Ejército: conseguir la excelencia del personal y lograr unas Fuerzas Armadas de élite.
¿Quiénes pueden ser aspirantes?
Pueden participar en el proceso de selección los cabos 1º, cabos y soldados pertenecientes a la agrupación de especialidades operativas del Ejército. Aunque la mayoría de las plazas están abiertas a todas las unidades, existen algunas reservadas para personal destinado en el MOE o en la EMMOE.
También se ofrece la posibilidad de acceder a aquellos que causaron bajas recuperables en el curso durante los dos últimos años. En este caso, realizarán las correspondientes pruebas físicas de acceso y se incorporarán, posteriormente, al inicio de la materia o módulo en el que causaron baja. Si se hubiera producido por lesión o enfermedad deberán acreditar, mediante un informe médico, la curación completa y sin secuelas de la lesión o enfermedad causante.
En datos!
Media de los cinco últimos cursos
Solicitantes: 146
- Inician el curso: 44
Bajas durante el desarrollo: 39% de los que lo iniciaron
Finalizan el curso: 61 % de los que lo empezaron