En 1997, el entonces Coronel Joaquín Barrero Serrano (DEP) colaboró con el jefe del GOE III (V. Bataller) en la elaboración del historial del GOE III donde se incluyó una síntesis histórica de la COE 31. Así nos relata sus recuerdos de la COE 31:
Organización y dependencia
Fundada en agosto de 1969, se ubicó en el Regimiento de Infantería San Fernando nº 11, de guarnición en Alicante. La dependencia administrativa correspondía al citado regimiento, mientras que la táctica y operativa recaía en la BRIDOT III.
El período de incorporación de la tropa era cada cuatro meses, a finales de abril, de agosto y de diciembre, procedentes del C.I.R. nº 8, de Rabasa, Alicante. Lo lógico hubiera sido una incorporación de la tropa cada seis meses dado que la COE 31 se componía únicamente de dos secciones y la correspondiente plana mayor.
La COE se regía por el apéndice VI para las Compañías de Operaciones Especiales, del que constantemente había que echar mano para contrarrestar injerencias y obstrucciones absurdas.
La compañía estaba formada por un capitán jefe, una plana mayor y dos secciones. La plana mayor, a su vez, la componía un brigada auxiliar, un brigada practicante (ATS), un maestro armero, un cabo furriel, un agente de transmisión, un conductor de Jeep de mando, un conductor de camión, un escribiente, un sanitario, un auxiliar de armero y un cocinero. Cada sección estaba al mando de un teniente y disponía de un agente de transmisión, tres pelotones y un equipo de morteros 50 m/m. El pelotón, con un sargento o cabo 1 º jefe, se componía de dos escuadras, cada una con cabo y cuatro guerrilleros. Por último, el equipo del mortero de 50 mm constaba de un cabo y dos guerrilleros. El total de personal de la COE 31 ascendía a ochenta y ocho hombres.
De los inicios destacaría los siguientes acontecimientos:
-Salida de diez días a Moraira (Alicante).
La finalidad era realizar prácticas de agua con recorridos en superficie, exclusivamente. Se alquiló una barca de pescador, a motor, para desde ella dar seguridad a la tropa en su recorrido. Fue un fracaso, la primera mañana de actuación la barca se estropeó.
-Salida de diez días a Jabalí Viejo (Murcia).
En esta ocasión se pretendía aprovechar las instalaciones del campamento paracaidista y dar a conocer la COE a otras unidades del Ejército de Tierra. El alojamiento y la manutención corrieron a cargo de la Unidad de Depósito e Instrucción (UDI), hoy Batallón de Instrucción de Paracaidistas (BIP). Por tener a pie de obra la pista de aplicación, el campo de tiro y, hasta un “conguito”, así como un terreno colindante, apto para toda clase de ejercicio, se obtuvo un rendimiento en la instrucción de la COE muy positivo. La confraternización fue maravillosa. Nuestra COE recibió constantes muestras de elogios y se dejaron las puertas abiertas para futuras salidas.
Como novedad, dada la cercanía de la Escuela Militar de Paracaidismo del Ejército del Aire, hicimos una visita a la misma. La Escuela, como primicia, puso a disposición de la COE la torre de saltos para instrucción paracaidista, para todos aquellos guerrilleros que desearan saltar. Previa petición voluntaria, la mayoría de la tropa optó por experimentar la sensación de ese salto. La visita fue de mucho provecho. Se conoció a una unidad y acuartelamiento de otro ejército, en este caso el del Aire.
-Salida de diez días a Cartagena.
Se trataba de efectuar prácticas de agua con medios adecuados y con la mayor seguridad posible. Del alojamiento y manutención se encargó el cuartel de Infantería de Marina. Para las citadas prácticas se recibió el apoyo del Centro de Buceo de la Armada (CBA), cuyas instalaciones estaban próximas al cuartel de Infantería de Marina. Consistieron en recorridos largos en superficie, inmersiones con escafandras autónomas y un recorrido en lanchas a remos, desde el CBA al puerto de Cartagena y regreso (la distancia se las traía de larga que era).
Previamente, el CBA había puesto a disposición de nuestra unidad los instructores y medios adecuados para dichas prácticas. El terreno circundante, con buenas condiciones para la instrucción, se utilizó para unas prácticas de topografía. Tanto este tipo de prácticas como el lugar fue una novedad para la unidad que acogió con gran ilusión todos los ejercicios que efectuaron. En esta ocasión, nuestra finalidad era conocer una unidad de la Armada y sus instalaciones. Recibimos muestras de simpatía y elogios.
-Salida de diez días a Cortes de Pallás (Valencia).
El propósito era preparar un ejercicio de guerrilleras. El campamento se montó en los alrededores de Jarafuel. En las proximidades de Ayora, una unidad de helicópteros tenía instalado su campamento para actuar en apoyo de la Brigada Paracaidista, de maniobras en aquella zona, en dirección Ayora-Higueruela. En contacto con los mandos de helicópteros, se suscitó la posibilidad de transportar a la COE, con sus medios, en sentido Ayora-Jerafuel y viceversa. La posibilidad se hizo realidad. Se concretó el programa de ejecución y se fijó el día y horario. Fue una gran novedad y una inesperada sorpresa, a la que la COE correspondió con enorme ilusión. La COE 31 conoció por primera vez a una unidad de helicópteros de nuestro ejército, de la que recibimos grandes muestras de afecto.
Donación de sangre a la Cruz Roja de Alicante.
Se trataba de una idea pensada con anterioridad que, por fin, se llevó a efecto. Tenía carácter totalmente voluntario, sin coacción alguna, así se le hizo saber a la tropa. Dependía del número de voluntarios la solicitud del permiso a la autoridad, por razones obvias. La respuesta fue masiva, la mayoría aplastante de la compañía solicitaba donar su sangre. Para evitar un detrimento en la programación de la instrucción, se eligieron los dos días antes del permiso de Navidad, en la que la tropa iba a disfrutar en conjunto con el cierre del local de la COE durante esos días.
Se solicitó y tuvo su aprobación por la superioridad, con algunas cláusulas de ejecución, acomodándose a dos días consecutivos, por mitad de compañía cada día.
La ejecución discurrió con normalidad, sin incidencias ni contratiempos de ninguna clase. El médico de hematología y sus auxiliares agradecieron muy efusivamente la altruista donación, sobre todo por la necesidad perentoria del buen funcionamiento de su banco de sangre.
Pero el hecho fue, en sí, más maravilloso, porque se cumplía el deseo de la COE, de que pasara totalmente desapercibido, ya que, ni la Orden de Plaza ni en los medios de comunicación, se hacían eco del suceso. Dado el carácter altruista de la donación, este silencio fue lo que llenó de gran orgullo a toda la compañía. Este acontecimiento, se puede muy bien catalogar como un gran acercamiento de nuestra unidad a la población civil.
Creo haber cumplido con la petición que me hizo el teniente coronel Bataller, jefe del GOE Valencia III.
Y para terminar, aprovecho la ocasión para recordar con gran cariño a cuantos colaboraron conmigo, como capitán jefe de la COE 31, tanto a oficiales y suboficiales como a la tropa, porque en todo momento pusieron su ilusión, entusiasmo, esfuerzo y trabajo en convertir a nuestra COE en una unidad de prestigio, estimada y respetada por todos los que llegaron a conocerla.