Coronel Tomás Varela Gómez
Teniente Coronel jefe del GOE I
A petición de José María Armendáriz paso a compartir con vosotros mis vivencias como jefe del grupo durante los años 1986, 87 y 88. Voy a orientar mi trayectoria personal hasta llegar al mando.
Tras dejar la COE de Huelva, me acompañó el recuerdo de esos nueve años que siempre eché de menos. Al enterarme de la futura formación del grupo de operaciones de la Legión, en Montejaque, decidí intentar conseguir el destino. Visité a tres personas que me podían ayudar; el general de la Legión, el capitán general de Madrid y Evaristo Muñoz Manero, que casualmente me comentó que él estaba a punto de pedir destino, con lo que quedaría libre la vacante del grupo. Le dije que si no le importaba que solicitase la vacante al capitán general, al que iba a ver por la tarde, y este me la prometió. La casualidad, pidiendo una cosa, se me concedió otra. El 18 de julio de 1986 tomé el mando de la Unidad.
Me encontré con una unidad perfectamente ordenada, grandes profesionales, gran organización y muchos medios materiales.
Con respecto al componente humano, profesionales altamente cualificados y amplia experiencia. Lo más difícil era ganarme su confianza, pero tuve suerte porque algunos estuvieron conmigo en Huelva. Encontré apoyo en todos, lo que facilitó mi mando.
En el aspecto administrativo, era una unidad independiente, no como las COE que dependían de los regimientos y no tenían satisfechas sus necesidades.
En cuanto al material disponible, teníamos completo tanto el armamento individual y colectivo como la flota de vehículos; los pabellones de las unidades organizadas tanto en oficinas como en la zona de vida y recreo para la tropa; los almacenes y la indumentaria, completos.
Mi tarea consistía en conservar y seguir mejorando el prestigio de la Unidad; dejé el grupo con la satisfacción del trabajo bien hecho y el honor de haberlo mandado.
Nunca olvidaré a todos los que formaron parte de este grupo y especialmente a dos personas que han dejado huella:
-Evaristo Muñoz Manero, compañero, amigo y artífice de lo que fue la unidad hasta el final.
-José María Armendáriz, el alma del grupo, que conserva su espíritu y más tiempo ha permanecido en él.
Han pasado ya 36 años desde entonces y ahora a mis 90 espero haber tenido los recuerdos bien ordenados. Para terminar me permito una reflexión: “Como ocurre siempre en nuestra Patria, lo que funciona bien se elimina, y así ocurrió con el grupo, fue disuelto”.
Sevilla a 20 de enero de 2024
