Manuel Eloy Romero Vázquez, guerrillero veterano de la COE 22. Presidente A.G.H. COE22
Un día de los que pasamos en el Centro de Instrucción de Reclutas (CIR) de Cerro Muriano (Córdoba), aparecen unos soldados con uniforme de camuflaje, boina verde y un talante muy especial. Nos reúnen a los reclutas que estamos aprendiendo a ser soldados y nos dicen que quieren explicarnos a quien representan y para que nos han llamado. Nos comentan que son guerrilleros de la COE 22 de Huelva y que buscan voluntarios para integrarse en esa compañía. Nos dicen que buscan a soldados que “tengan lo que hay que tener” y que, los que se presenten, se someterán a unas pruebas físicas y médicas. Entre los que la superen, se seleccionarán a los treinta y cinco mejores para cubrir las plazas existentes en la compañía. Los elegidos, tras la jura de bandera, serán destinados al cuartel del Regimiento Granada 34 de Huelva, que es donde está emplazada la COE 22.
En cuanto nos presentamos en la compañía nos dicen que el capitán nos va a dar la bienvenida y hablarnos de lo que él espera de todos nosotros. Ese día se nos entregan la bañera y se nos hará una fotografía con ella. Lo primero que nos explica el capitán, es que somos soldados, pero en su compañía continuaremos de reclutas durante seis meses más. Luego, nos advierte que cuando nos presentemos a las pruebas de la boina verde, solo la obtendrán los que las superen, ya que ese honor se gana sudando sangre. A partir de entonces el compañero veterano que nos la imponga será nuestro padrino y quien nos ayudará en el aprendizaje de las materias, ya asimiladas por el veterano durante los seis meses anteriores que nos lleva de antigüedad en la COE.
Continua el relato del capitán y nos indica que en la compañía no hay candados en las taquillas, como pasaba en el CIR. En la COE nadie toca nada que sea de un un compañero. Nos dice que si alguien en su tiempo libre cometa una falta, le meterá un paquete que nunca olvidará, ya que en su unidad todos somos uno y siempre seremos fieles al juramento que le hagamos el día que
recibamos nuestra boina verde, juramento que será hasta la muerte y, por tanto, nunca mancharemos con deshonor el espíritu guerrillero.
Al día siguiente se empieza la fase de endurecimiento, pista americana y primeras directrices como aspirantes a guerrilleros. Vamos a correr de 10 a 15 km con la mentalidad de llegar siempre al cuartel y con alegría. Seguimos con los “cuerpos a tierra” en cualquier terreno, saltos del camión Reo, topografía por los alrededores del cuartel y mucha pista americana.
Por fin nos llevan al campo a trabajar muy duro para ver quien conseguía esa tan añorada boina verde. Después de realizar tanto durante el día como por la noche todo lo que un buen guerrillero debía saber y soportar, la última noche se prepara una cena especial y nos anuncian que se van a entregar las boinas verdes. La impone un veterano que se convierte en padrino y binomio nuestro. Tras el juramento y el golpe en el pecho, con gran alegría, lanzamos nuestra gorra de “pistolo” al aire, con el grito de COE y desde ese momento sentimos en nuestro interior un espíritu que nos invade, una emoción que nos embarga a todos. De repente, se ven las cosas de una manera diferente, nuestra mentalidad ha cambiado. La boina verde nos ha costado sangre, sudor y lágrimas, y estamos muy orgullosos de haberla conseguido. Al regresar al cuartel, y ver a nuestra familia, le decimos que ya nadie nos puede quitar el honor de llegar a ser un guerrillero.
Esto es sólo el principio de un recorrido por aprendizaje teórico y práctico, de salidas al campo para hacer rapel, tirolinas, supervivencia, fase de agua y topografía.
Cada día que pasaba se daban anécdotas y ratos de convivencia, los cuales nos hacían más fuertes en compañerismo y crecía esa mentalidad que solo un guerrillero puede tener hasta su muerte, Yo, a pesar los años transcurridos desde mi paso por la COE, sigo echando de menos aquellos momentos que nunca se olvidaré.
Un comentario
Estimado MANUEL ELOY, todo lo que has dicho se ha seguido corroborando y ampliando con el tránsito de los siguientes reemplazos en la 22. Muchas gracias por traernos aquellos recuerdo y por tan buena aportación de la realidad de nuestras Unidades Especiales originarias. Un fuerte abrazo