Coronel (reserva) Joaquín Moreno Molero
Destinado desde Teniente a Coronel en unidades y organismos de operaciones especiales
Vicepresidente de la FEDA-VBVE
No he pertenecido al GOE III más que “sobre el papel”. El motivo es que, después de mi ascenso a teniente coronel y una vez finalizado mi mando en la UOE (unidad creada por el general Pedro María Andréu Gallardo tres años antes de mi ascenso), y de la que tuve el honor de ser su primer jefe, el entonces general Cardona, jefe del MOE, me pudo dejar en comisión de servicio gracias a que no estaba ocupada la vacante de teniente coronel jefe del GOE III. Esto iba a ser muy circunstancial porque ya me había dicho el propio general que el teniente coronel José Vega Mancera había sido el elegido para tomar el mando.
También me dijo que, apretara con el inglés e intentar sacarme el nivel SLP 3.3.3.3 con vistas a alguna futura vacante. Aunque entonces todavía no era obligatoria la exigencia de nivel de inglés para ejercer el mando de batallón o grupo, en el MOE se empezó a aplicar. Por tanto, durante el tiempo que iba a estar en comisión de servicio iba a trabajar para el MOE y también iba a esforzarme todo lo posible con el “jodido inglés” que me llevaba de cráneo desde hacía ya seis o siete años. Lo que no hice fue subir en ninguna ocasión a las instalaciones del GOE III. Lógicamente esto también lo sabía el general jefe del MOE y yo no iba a actuar, en ningún momento como jefe interino del GOE III. Desde luego no era por ganas y por ilusión pero, efectivamente, no era procedente, ni sensato, toda vez que el comandante más antiguo del GOE III en aquel momento tenía la experiencia, sensatez, conocimiento de sus hombres y confianza del jefe del MOE como para que un “intruso”, que se sabía que iba a estar escasamente cuatro o cinco meses, viniera a ejercer un mando tan efímero, no existiendo ningún problema y ninguna necesidad.
Sin embargo, el comandante en la reserva Manolo Viózquez, se ha empeñado en que escriba algo relacionado con el GOE III y, con estas palabras, voy a tratar de complacerle y aportar alguna modesta visión de este que escribe.
Cuando salí de la Academia General Militar (AGM) con mi flamante despacho de teniente y el diploma que me acreditaba con la aptitud para el mando de unidades de operaciones especiales conseguido una semana antes, en julio de 1985 (hay que decir que tuve la oportunidad de realizar el Curso XXIX de OE durante mi quinto año como caballero alférez cadete en la AGM, junto a otros compañeros de promoción) las dos unidades de operaciones especiales del Ejército de Tierra de las que más se hablaba eran el GOE I y el GOE III. La recién creada BOEL también tendría enseguida un gran prestigio entre todos los jóvenes mandos, principalmente tenientes y sargentos recién diplomados, que querían desarrollar su actividad profesional en las unidades de operaciones especiales.
Recuerdo incluso siendo capitán jefe de la COE 42 que algunos mandos me decían que si el GOE III había hecho esto o lo otro; que si el GOE I había ido a tales ejercicios (nacionales o internacionales); que si el GOE VI había organizado la operación antorcha viniendo en carrera de relevos con su guion desde La Coruña a Barcelona; etc. La verdad es que todos los GOE desarrollábamos prácticamente las mismas actividades ya que el programa específico de instrucción era el mismo para todos. Las oportunidades de participar en ejercicios importantes de operaciones especiales, en general, eran también muy parecidas, Trabuco, Schinderhannes, Edelweiss, Comangoe, etc.
Lo que sí sucedía era que la más mínima actividad, ejercicio o maniobras que un GOE hacía y el propio no, era motivo para sentir ciertos celos por esa ansia que siempre se tenía de “apuntarse” a todo o querer hacer todo; y eso que eran escasos los días del año que quedaban libres de maniobras o ejercicios. Pero, de lo que no cabe duda es de que el hecho de “molestarse” en escribir las experiencias que cada GOE realizaba, tenía su importancia y hacía que pareciera más relevante cualquier actividad que se publicitaba por parte de cualquier GOE y más, si en ese tipo de actividad, ejercicio o maniobras, no había participado la unidad propia.
La publicación que el entonces coronel José Antonio Vázquez Soler, más conocido como El Jaus, editaba con buena parte de su esfuerzo y tesón personal era lo que llamábamos el Boletín de Operaciones Especiales que se hacía desde la Inspección de Infantería. En este boletín periódico se incluían noticias de las unidades de OE del Ejército de Tierra. Bajas y altas de las unidades, algo de historia y un apartado por cada una de las unidades.
Estando destinado en el GOE IV me di cuenta que absolutamente siempre había noticias en el apartado del GOE III y, apenas las había del GOE IV; es más en muchos de sus fascículos, no había ninguna alusión. Me atrevería a decir que la sección correspondiente al GOE III era el apartado o sección más extensa. Y no solo de noticias expresamente escritas para el boletín; también había infinidad de artículos del GOE III procedentes de la prensa local, regional y nacional. A partir de ese momento, empecé a escribir para todos y cada uno de los números que editara el boletín, con la intención de que siempre estuviera presente, aunque fuera con un único artículo, el GOE IV. Se puede decir que, gracias al GOE III, empezamos a aparecer periódicamente el GOE IV. Y también sería capaz de afirmar que algo parecido pasara en otros GOE. El GOE III era un referente en esto, lo hablábamos entre los mandos, a veces quitándole importancia (porque no éramos nosotros) y en ocasiones incluso minusvalorando el hecho de hacerlo.
Personalmente estoy convencido que era una época, unos años, quizás una década en que era o fue importante esa “visibilidad” para conseguir algunos objetivos de cierta importancia o relevancia. Todos recordamos los planes RETO y META con significativas mermas del Ejército de Tierra y, por ende, de las unidades de operaciones especiales. Pero es que en el Plan Norte, con el que se creaba la Fuerza de Maniobra y se suprimían la mayoría de los GOE, solo pasaron a quedar tres. Estos tres GOE, que pasaban a depender del Núcleo de Apoyo a la Fuerza de Maniobra, fueron el GOE II, GOE III, el GOE IV y la BOEL; posteriormente se cayó también el GOE II.
Si luego nos vamos a los años de creación del MOE y, en concreto al lugar donde se crearía la base que unificara a todas las unidades del MOE, el lugar elegido fue Alicante. Personalmente, redacté el informe-propuesta que presentó el GOE IV (todas las unidades realizaron su estudio y presentaron sus propuestas). En el informe realizado por el GOE IV en base a parámetros, profesionales, familiares, sociales, de captación y retención de personal, etc. se estudiaron bases en Madrid, Zaragoza y Valencia. El gato al agua se lo llevó Alicante, en concreto el acuartelamiento de Rabasa donde actualmente se ubica el MOE.
¿Quiere decir que en las decisiones de los dos párrafos anteriores tuviera algo que ver la visibilidad que el GOE III tuvo en esa década? ¿Tanto el que se mantuvieran, al menos tres GOE, como que dos de ellos fueran el GOE III y el GOE IV; o que definitivamente la base unificada final del MOE fuera en Alicante? No lo sé, lo que sí es cierto es que siempre he pensado que aquellos años del GOE III fueron relevantes para nuestra supervivencia, para competir sanamente entre nuestras unidades y hacer ver a la superioridad las unidades de las que disponían; cosa ardua y en la que siempre, lamentablemente, debemos estar y justificando nuestra existencia.