Antiguo Sargento COE 91
Hoy quiero hablar del orgullo, del orgullo de haber formado parte de una Compañía de Operaciones Especiales.
En el año 1974 con el empleo de sargento procedente del Regimiento de Cazadores de Montaña Galicia 64 con sede en Jaca, fui destinado a la COE 91 en Granada.
En esos momentos, y recién llegado a este tipo de unidades, no te puedes imaginar lo que luego, a lo largo de los años, puede influir en tu vida, tanto militar como personal. Pienso que es una característica general en todos aquellos que pertenecimos a las COE. Una particular forma de ser, de ver la vida y de afrontar los problemas cotidianos que requieren decisiones en todos los ámbitos de nuestra vida.
Al margen ya de las distintas facetas por los que pasa uno, tanto en la realización del curso de OE para mandos como en el tiempo que se permanece en la unidad (recorridos topográficos, supervivencia, tanto en nieve como en zonas arboladas, escalada, explosivos, agua, etc.) hay un aspecto humano que quiero resaltar: es el trato entre los distintos miembros de este tipo de unidades, mandos y tropa.
El trabajo en equipo, la disciplina que, por el mero hecho que no se exteriorice en saludo ni taconeo rígido, no quiere decir que no exista, pues el “guerrillero” la lleva interiormente y como decía Che Guevara: “La disciplina guerrillera nace del profundo convencimiento del individuo de esa necesidad de obedecer al mando”.
En cualquier ejército regular el más pequeño descuido de un soldado es controlado por el compañero más cercano; en la guerrilla, cada miembro es al mismo tiempo unidad y grupo, nadie puede descuidarse.
Con el paso de los años, aún mantenemos lazos de amistad con compañeros que, aunque por diversos motivos de procedencia hace años que no nos vemos, pero seguimos en contacto, aunque solo sea telefónico o vía WhatsApp con todos.
Yo hablo desde la lejanía en los años transcurridos visto hoy desde los ojos de retirado y es por todo ello que todos aquellos que en su día pertenecimos de una forma activa a una Compañía de Operaciones Especiales tenemos que sentirnos orgullosos de nuestro paso por ella; nos formó como soldados y dejó en nosotros una impronta que nunca olvidaremos: el ORGULLO DE SER GUERRILERO.
Un fuerte abrazo guerrillero.