Antiguo cabo de la COE EMMOE (Rº 4-1988)
Presidente Asociación Guerrilleros Aragón (AGA)
Realizada por José Briones Giménez
Vocal Relaciones Externas FEDA VBVE
Buenos días, Diego (Radio Nevada). Esta pregunta te la habrán hecho muchas veces ¿por qué te metiste en una Unidad de Operaciones Especiales? Seguramente, ya sabías que el nivel de exigencia y de trabajo de estas unidades era muy elevado y que probablemente podrías haber encontrado algún otro destino más cómodo
Bueno, llegué a la EMMOE, un 25 de julio de 1988. Durante el mes de agosto hice el Núcleo de Instrucción de Reclutas (NIR) que así es como lo llamaban en la EMMOE, al período de instrucción antes de jurar bandera e incorporarte a las distintas compañías existentes. Durante ese mes, tuve la oportunidad de ver lo que allí había y lo que quería hacer durante ese año. Realmente, mi primera opción era entrar en la compañía de automóviles, sacarme todos los carnés de conducir (profesionales) para una vez acabado el servicio militar, poder conducir profesionalmente en la vida civil. Cuando me enteré de que para todo mi reemplazo solo había 5 plazas para entrar en esa compañía, me quité esa idea y pensé en un plan B. Solicité plaza en la COE-EMMOE: me esperaba un año de acción. Fui admitido en la COE y pronto dije: “Si lo sé no vengo”. No sabía dónde me había metido, pero no me arrepiento. Me destinaron al pelotón Charly y fui operador de radio del teniente Joaquín Moreno. Lo que me atrajo de la COE fue el hecho de realizar tantas cosas diferentes, aprovechar el tiempo con actividades que quizás jamás volvería a hacer.
¿Tienes algún recuerdo o anécdota interesante de los primeros días?
Tuve la gran suerte, o así lo creo yo, de que el 4º reemplazo empezaba con la primera fase del programa de entrenamiento pensado para la COE, la fase de endurecimiento, el resto de reemplazos se fueron incorporando a las distintas fases en los meses siguientes. Fase de endurecimiento, solo la palabra ya acongoja. Recuerdo de esos días al sargento Pacheco y al sargento Verdasco haciéndonos sudar sangre. Allí perdí los kilos que me sobraban y, acabado ese sufrimiento, vino lo mejor: me gané mi boina verde y mi machete.
¿Cómo fue tu adaptación a la compañía?
No había tiempo para plantearte nada, el tren se puso en marcha desde el minuto cero y no había tiempo ni para quejarte.
¿Qué tal el compañerismo en tu unidad?
Mientras estabas en la unidad, sí que andaba siempre con la misma gente y no recuerdo malos royos en la compañía.
Y al licenciarte ¿mantuviste el contacto con algún compañero?
Amistad con algún compañero sí que tuve una vez licenciado: te carteabas, felicitabas las navidades. Poco a poco, se va perdiendo ese contacto y un día sin darte cuenta dejas de relacionarte. Durante años estuve distanciado del tema de las operaciones especiales, hablaba con mi hermano del tema ya que él estuvo en el GOE de Burgos. Fue a partir del año 2012 cuando volví a retomar esta historia que tantas alegrías me está dando.
¿Qué tal te pareció la formación que recibiste en tu unidad, crees que ha influido en tu vida civil posterior?
Yo siempre digo que el haber pasado por la COE-EMMOE fue un antes y un después en mi vida. Solo quien ha pasado por una unidad de estas características sabe lo que son esas palabras que vemos en los emblemas en esas frases que a diario otra gente las ensucia porque no saben realmente lo que implica, me refiero a esas palabras como, compañerismo, espíritu de sacrificio, etc.
Una de las enseñanzas que más me ha servido es que arrepentirse no vale de nada, el pasado pasado está. Tienes que ser consecuente con tus acciones y apechugar con sus consecuencias. Toda acción tiene una reacción. Asumir responsabilidades es otra en la que me siento cómodo, como profesional del volante, donde más se me ha valorado es en puestos de responsabilidad, primero como conductor de viajeros y, después, como conductor de mercancías peligrosas.
¿Qué fase recuerdas como más dura y con cuál disfrutaste más? ¿Hay alguna que no repetirías?
Es verdad, la memoria es selectiva y cada uno recuerda las fases de diferente manera. Yo mismo me quedo con ciertas anécdotas de cada una de ellas y, a veces, hasta incluso se me mezclan los recuerdos. Los recuerdos son muchos y variados estaría horas hablando de ellos. Yo no recuerdo una fase más dura que otra. Pienso que todas ellas tenían sus momentos, unas veces de lloros y otras de alegría; todas suman en tu experiencia de vida. En cuanto a repetir o no, quizá repetiría supervivencia, se me dio bien.
¿Quieres comentar algo además de lo ya hablado?
Pues ya que me lo permites, me gustaría hablar de algo que poca gente cuenta y es del cuartel donde has pasado tu año de mili. La EMMOE es un cuartel de montaña, bonito donde los haya, sin desmerecer a los demás. Y he de decir que tiene algo que no sabría explicar. Como dicen los flamencos, tiene duende. De hecho, su lema es “imprime su carácter”. Y es verdad, todo el que ha pasado por la EMMOE habla bien de ella, de lo cual me siento muy orgulloso.
Gracias por la entrevista, espero que guste