Begoña Dancausa Dalias
Todos sabemos que son personas hechas de otra pasta, son “especiales”, como su boina; pero decidimos compartir el camino, ese de “no hay a su duro pie risco vedado…”
Nadie te cuenta qué te espera, porque nadie lo sabe salvo quien ya lo ha vivido. Nadie te prepara para ser la mujer de un guerrillero.
Compartir dudas, ilusiones, crecimiento personal, proyección profesional, familia, lesiones y un largo etc.
En las largas ausencias es duro ser fuerte, con llamadas de teléfono muy breves, o sin noticias de ellos. Intentas que alguien te entienda y obtienes por respuesta “tú ya lo sabías”. Pues no, no es así.
Siempre ha existido una hermandad, tanto cuando estaban en casa como cuando no, que siempre ha estado pendiente de nosotras. ¿Qué tal vas? ¿Necesitas algo? ¿La familia? Hasta un ramo de flores el día de la madre.
No solo se cuidaban entre ellos, nosotras siempre estábamos presentes.
Explicar a tu gente, no solo a tus hijos, el porqué de tantas ausencias; mantener la tranquilidad y ser capaz de que entiendan cuánto bien están haciendo a otras personas en otros países, aun a riesgo de su propia integridad.
Al terminar el día, con los niños en la cama y te sientas en el sofá con un café, sientes ese cansancio y soledad, pero también el orgullo de saber que están desarrollando un gran trabajo, tranquilos y con la cabeza donde tiene que estar.
Mantener la calma, sin flaquear, teniendo bajo control tus miedos, dudas, el no saber… y ser capaz de transmitirle á él, que todo va a ir bien.
Somos el otro binomio, un gran binomio.
Hoyo de Manzanares a 07 de diciembre de 2023