Vicente Bataller, general de brigada (retirado)
Presidente de la FEDA-VBVE
Creación del MOE
Lo ocurrido a las COE en la década de los años 80, con motivo de la entrada en vigor del famoso Plan de Modernización del Ejército de Tierra (plan META), se repitió diez años más tarde por razones similares; si bien, esta vez, al plan se le llamó NORTE. Por tal motivo, en 1996 se disolvieron, en una primera fase, el GOE I de Colmenar Viejo, el V de Burgos y el VI de la Coruña, así como las COE isleñas: la 7, 81 y 82. Lo mismo ocurrió con la COE-EMMOE en 1997 y el GOE II en 1998.
En octubre de 1997 se crea el MOE, estableciéndose su jefatura en la ciudadela de Jaca.
En este nuevo plan se organizó la Fuerza de Maniobra (FMA); de la misma pasó a depender la mayor parte de las unidades operativas de la Península, incluidos los GOE supervivientes. El teniente general Pardo de Santayana, jefe de la FMA, manifestó un enorme interés por las operaciones especiales y encargó a su general adjunto, el general de división José López Hijós -antiguo jefe de la COE 32, de la BOEL y de la BRIPAC- la coordinación y la puesta al día de los GOE hasta que se creará el futuro Mando de Operaciones Especiales (MOE).
El general López Hijós puso todo su empeño en solucionar los numerosos problemas arrastrados desde antaño. Así, en esta época, se inició la obtención del curso de paracaidista por parte de la tropa, aptitud sumamente necesaria para las inserciones por aire. También comenzaron los cursos de OE para tropa, formación que se venía impartiendo a nivel GOE a falta de un reconocimiento oficial. Por último, se inició un largo proceso de adquisición de equipo, material y armamento especial.
En este camino López Hijós estaba auxiliado por el coronel Fernando Sancho de Sopranis Andújar -antiguo jefe de la COE 21 y del Batallón de Instrucción Paracaidista (BIP)- mando que, un año más tarde, en octubre de 1997 -fecha de creación el MOE- se convertiría en su primer jefe. En julio de 1998 se integraron en el MOE los GOE III, IV y la BOEL al mando, respectivamente, de los tenientes coroneles Vicente Bataller, Antonio Cabello y José Manuel Sánchez-Gey. Por su parte, la Jefatura del MOE contó con una Plana Mayor de Mando bajo las órdenes del teniente coronel de Estado Mayor Mariano Bayo, más una compañía de apoyo y una unidad de experiencias.
El General López Hijós impulsó la creación del MOE y el coronel Sancho de Sopranis fue su primer jefe.
Durante los dos primeros años, su labor fundamental se centró en la organización de la nueva estructura y en alcanzar la necesaria cohesión de los Grupos de Operaciones Especiales. Asimismo, se continuó con la tarea, ya iniciada años antes en los GOE, de adopción de los procedimientos operativos OTAN. La Jefatura se ubicó en la Ciudadela de Jaca, alejada de los dos Grupos y Bandera, que inicialmente permanecieron en sus antiguos acuartelamientos. En estos años se dio un empuje a los ejercicios con extranjeros. Hasta el año 1997 la experiencia internacional de los GOE del Ejército de Tierra se basaba fundamentalmente en su participación en ejercicios de Patrullas de Reconocimiento en Profundidad (PRP), pero a partir del año 1998 se produjo un cambio significativo tras el ingreso de España en la OTAN que coincidió con la creación del MOE, con lo que se amplió el abanico de ejercicios.
Incremento de los ejercicios internacionales
De este modo, en 1998, con la Jefatura del MOE recién creada y con apoyo de personal de los GOE, se participó en el ejercicio Strong Resolve realizado en Portugal. Dicha jefatura organizó una base operativa avanzada desde la que trabajaban UOE portuguesas, francesas, inglesas, americanas, rumanas y españolas.
Fue el primer ejercicio del MOE llevado a cabo en el marco de la OTAN. Un año más tarde (1999) se intervino en el ejercicio Cooperative Guard que se realizó en la República Checa y que contó con participación de la mayoría de países de la OTAN.
Fue en el marco de este ejercicio donde se lideró, por primera vez, un “Mando Componente de Operaciones Especiales”. En este año también se desarrolló el ejercicio Audacia 99; la Jefatura del MOE desplegó en la base aérea de Zaragoza, con dos Fuerzas de OE españolas.
Recién creado el MOE se implica en la organización de ejercicios Internacionales.
Una la dirigió el jefe del GOE III (Bataller) desde la citada base. La otra estuvo a cargo del mando del GOE IV (Cabello), grupo que se desplegó en Agoncillo (La Rioja). En ambas bases se integraron UOE francesas de operaciones el territorio peninsular y la isla de Menorca, y se empleó para las inserciones aviones T-10 Hércules con base en Zaragoza, y helicópteros del batallón de helicópteros de maniobra (BHELMA) III con base en Agoncillo.
En el Audacia el jefe del GOE III dirigió una fuerza internacional de OE que actuó en la Península y Menorca.
Pero retornando a la evolución del MOE, tras sus dos primeros años efectivos de andadura, en el 2000 el mando pasó a ser de coronel -a Sancho de Sopranis le siguió en el mando Diego Otero- a general de brigada. El primero que mandó el MOE con este empleo fue Pedro Andréu en el 2000, seguido de Alfredo Cardona, Adolfo Coloma, Francisco Arribas, Demetrio Muñoz, Raimundo R. Roca y Francisco García-Almenta, su actual jefe. Se incrementó la plantilla con un coronel 2º jefe -se inició con Antonio Cabello, seguido de Fco. Javier Solabre, Vicente Bataller, Cándido Alonso, Gerardo López Mayoral, José A. García Colomina, Fernando Alba, Gonzalo Cordón, Fernando Antón y Carlos Reina). La Jefatura se transformó en Cuartel General con su correspondiente Estado Mayor, y de Jaca se trasladó en el año 2000 a Alicante, donde se encontraba ubicado el GOE Valencia III.
En el 2000 la Jefatura del MOE se trasladó de Jaca a Alicante. Luego lo hizo el GOE IV y la BOEL.
Un año más tarde, en la primavera del 2001, desde Barcelona se incorporó a Alicante el GOE IV y en el verano del 2002 lo hizo la BOEL XIX desde Ronda (Málaga), que se convirtió en GOE XIX. Estas unidades venían incompletas de personal con motivo del cambio de guarnición. El GOE III, que se encontraba al 100% de efectivos, asumió el papel de apoyar al MOE en personal e instalaciones.
Destacamento de Cabo Roig (Alicante) preparado para las prácticas en el mar.
Alicante, además de ser una magnífica cantera de soldados voluntarios para ingresar en UOE, disponía de puerto y aeropuerto para embarcar patrullas en misiones de largo alcance. Además, en ciudades próximas a la nueva sede del MOE se podían realizar cursos y prácticas de paracaidismo en la Escuela de Alcantarilla y colaboraciones con los buceadores, submarinos y buques de la Armada, en la base naval de Cartagena.
Por último, cerca del cuartel del MOE existía el campo de tiro de armas individuales de Fontcalent así como el campo de maniobras de Agost para realizar ejercicios con fuego real y de combate en población. Además, en Cabo Roig (Alicante) se contaba con unas instalaciones para el combate en agua y prácticas de buceo. Más lejos, en Sierra Nevada (Granada), el MOE disponía de un refugio de alta montaña.
2002, un año decisivo: liderar las OE de la OTAN
En una segunda etapa el MOE se centró, por una parte, en adaptar las instalaciones de su acuartelamiento de Alicante a las necesidades de las nuevas unidades incorporadas y, por otra, en afianzar los procedimientos OTAN de OE y potenciar su estado mayor con una estructura al más alto nivel en inteligencia, mando y control de OE.
En el Jointex-Foe (2001) quedó patente que el MOE podía asumir el liderazgo de OE en el marco OTAN.
Ello se debió a que, con la participación del MOE en los ejercicios de OE organizados en el seno de la OTAN, se pudo observar desde cerca a los dos países líderes en este tipo de operaciones, Estados Unidos y Gran Bretaña que, normalmente, habían ostentado hasta entonces la Jefatura de las OE en los cuarteles generales de la OTAN.
Pero la intervención de las UOE españolas en ejercicios internacionales no solo fue muy útil para adquirir experiencia sino también para que en la OTAN se tomase conciencia de la preparación de los cuadros de mando españoles diplomados en esta materia, en especial, en todo lo referente al planeamiento de las OE. Así, en el 2001, durante el ejercicio Jointex-Foe quedó patente que el MOE estaba capacitado para asumir tareas de liderazgo en una estructura operativa conjunto combinada (esto es, de varios ejércitos tierra-mar-aire, y de varias naciones) de operaciones especiales. Por tal motivo, a partir del 2002 España se situó como tercera Nación Marco (detrás de EEUU y GB) con este potencial en el ámbito de la OTAN. Años más tarde se incorporaron con esta capacitación Francia, Alemania y otras naciones.
El polifacético adiestramiento del MOE le permite afrontar todo tipo de misiones que no estén al alcance de otras unidades. convencionales.
De este modo, los boinas verdes del MOE se familiarizaron y entrenaron en OE tipo OTAN, esto es, aquellas que dirigidas a conseguir objetivos de alto valor estratégico que requieren una decisión de empleo al más alto nivel, incluso político si es en tiempo de paz o crisis. Estas OE son ejecutadas por efectivos reducidos y muy especializados con una duración limitada, dada la ligereza de su equipo y la dificultad de su apoyo logístico. Su personal es cuidadosamente seleccionado y altamente cualificado y, por ello, su reposición resulta difícil. Dispone de materiales, armamento y equipo especiales de tecnología avanzada. Con un alto grado de disponibilidad, estas unidades actúan por sorpresa, a grandes distancias y con actitud eminentemente ofensiva.
Para poder cumplir con eficacia sus cometidos las actuales unidades que componen el MOE se adiestran en múltiples facetas como inserción por tierra, mar o aire (incluido el lanzamiento en paracaídas a alta cota), actuación aislada en la profundidad de la retaguardia enemiga, supervivencia en territorio hostil. Tienen capacidad para el enlace a cualquier distancia con su cuartel general (vía satélite), actuación en todo tipo de terrenos, ambientes y condiciones meteorológicas (desierto, jungla, montaña, nieve, agua, …), combate a corta distancia y con gran precisión, alto grado de destrucción con medios ligeros. Por si todo ello fuera poco, dominan la señalización con láser de objetivos para los aviones y el guiado de misiles inteligentes, la observación e identificación de materiales, adquisición de objetivos, instrucción y asesoramiento en lucha irregular… En definitiva, su polifacético adiestramiento y su capacidad de adaptación les permite afrontar todo tipo de misiones especiales que no están al alcance de ser llevadas a cabo por otras unidades más convencionales.
Misión: liberar Perejil
En el 2002, coincidiendo con la validación OTAN para liderar las UOE de esta organización, surgió en julio la crisis de la isla Perejil, ocupada por sorpresa por gendarmes marroquíes -relevados luego por infantes de marina- que izaron su bandera en lo más alto de la isla. Se negaron a evacuarla ante la insistencia de una patrullera de la Guardia Civil. Se puso en marcha sin éxito la maquinaria diplomática; también fracasaron las gestiones de la Unión Europea. Por parte española se inició un despliegue y alerta de medios aéreos, navales y terrestres. Los marroquíes mandaron buques que se situaron próximos a la isla. Frente a ella, en la costa, se observaron unidades marroquíes desplegadas. Las guarniciones de Ceuta y Melilla se encontraban en máxima alerta ante la posibilidad de un conflicto con Marruecos.
El presidente del Gobierno español confió la misión al MOE que se enfrentó a un nuevo reto. Esta vez no en el marco de un ejercicio, sino de una operación real de combate para rescatar un objetivo con interés estratégico nacional.
Se designó al MOE para recuperar la isla de Perejil.
La operación Cantado (así se le denominó en el MOE) resultó una acción difícil de planear y de ejecutar por los numerosos condicionantes que influían en su desarrollo, pero fundamentalmente por los riesgos políticos y militares asumibles.
El equipo operativo del GOE III recuperó la isla del Perejil e izó de nuevo la Bandera de España.
El MOE designó al GOE III para su ejecución, que a su vez activó un equipo operativo de 25 boinas verdes al mando de un comandante. La infiltración se realizó de noche con helicópteros; se ejecutó a las 6 de la madrugada del 17 de julio mediante una acción “quirúrgica”, perfectamente planificada hasta el mínimo detalle. Al saltar de los helicópteros los boinas verdes apuntaron con láser a los soldados marroquíes que observan en la oscuridad sus pechos repletos de puntos rojos. Dudaron en un principio, pero ante la evidencia de que no existía posibilidad de defensa, se rindieron sin que se produjeran disparos ni derramamiento de sangre. Los prisioneros se llevaron en helicóptero a Ceuta y tras pasar un reconocimiento médico se entregaron de inmediato en la aduana. La bandera española volvió a ondear en la isla Perejil. A los boinas verdes y pilotos de helicópteros que intervinieron en esta acción de guerra el presidente del Gobierno les impuso en el cuartel del MOE la cruz al mérito militar con distintivo rojo. Los boinas verdes en el 2002, tras validar su aptitud para liderar OE en el marco de la OTAN, dejaron también patente su preparación para ejecutar con éxito operaciones reales de alto riesgo militar y político. Al no existir ni bajas ni prisioneros, los boinas verdes acababan de evitar un posible conflicto con nuestros vecinos del sur.
En una tercera etapa (2002-06) el MOE se afianzó en su acuartelamiento de Alicante y siguió con la mejora de sus instalaciones para todo lo relativo a la vida de la tropa y de los mandos. En el plano operativo, unificó procedimientos y completó las plantillas de personal, material y armamento especial. Los cuadros de mando que ascendían, ocupaban nuevas vacantes en el MOE, originaban un trasvase de personal de unos GOE a otros, de modo que las unidades se igualaron en efectivos. Se creó un Grupo del Cuartel General y una compañía de transmisiones. Entre el 2005 y 2008 el MOE lideró por primera vez el mando componente de operaciones especiales para la fuerza de respuesta de la OTAN, mando organizado sobre la base del MOE, con apoyo de otras unidades de los tres ejércitos, mientras que varias UOE de la OTAN se pusieron a las órdenes del general del MOE, dispuestas para intervenir de inmediato en caso de surgir una crisis.
Por último, el GOE Santa Fe II, disuelto en 1998, se creó de nuevo en el 2016, esta vez con el nombre de GOE Granada II; de este modo el MOE pasó a contar con cuatro GOE: el II, III, IV y XIX. Este último, el GOE XIX, heredero de la antigua BOEL, recuperó su denominación y carácter legionario el 1 de enero de 2018. Desgraciadamente el GOE II, de cara a lo que se ha denominado “horizonte 2035”, se disolvió de nuevo. A cambio, se creó la Unidad Logística.
El MOE ya ha puesto en marcha un programa de cara al horizonte 2035 para aprovechar al máximo las nuevas tecnologías.
El MOE, actualmente, ya trabaja con su propio plan: «MOE 35» con el objetivo de contar con una fuerza adaptada a los nuevos tiempos, pequeña, muy especializada, con tecnologías de última generación y preparada para cumplir sus misiones específicas. Se trata de un proceso coherente con la cuarta revolución industrial en la que nos adentramos y del que debería surgir una unidad integrada por un capital humano preparado para aprovechar al máximo las nuevas tecnologías digitales.