General de Brigada (retirado) Vicente Bataller Alventosa
Antiguo Capitán, Comandante y Teniente Coronel del GOE III y Coronel 2º jefe del MOE
Un ejercicio de gran envergadura
El Eolo fue un ejercicio conjunto-combinado (esto es, con tropas de varios ejércitos y países) que tuvo lugar en España en junio de 2000. En el mismo intervinieron fuerzas terrestres, aéreas y marítimas de España, Francia, Italia y Portugal. El mando supremo de la coalición multinacional recayó en el teniente general español Feliú Ortega, jefe de la Fuerza de Maniobra.
Este ejercicio fue quizás el internacional más importante entre los realizados hasta entonces en suelo español; pues, en este, actuaron un elevado número de unidades, aviones y buques que sumaron un total de alrededor de 15.000 soldados y marineros. La ambientación general se enmarcó en el contexto de la proyección de una fuerza multinacional de pacificación tras un alto el fuego entre dos países: Ámbar al Este, con capital en Madrid, y Blue al Oeste, con capital en Sevilla.
En el ejercicio se desarrolló una operación de mantenimiento de la paz a través de acciones cívico-militares. Por otro lado, se efectuó una operación de evacuación de residentes con amplio uso de medios terrestres, marítimos y aéreos. En los dos casos se contó con un amplio apoyo de Unidades de Operaciones Especiales (UOE).
Para que os hagáis una idea de la envergadura de este ejercicio, en el mismo intervinieron 40 buques de diversos tipos, desde 3 portaviones, 15 fragatas y 4 submarinos, así como un total 110 aviones que llevaron a cabo misiones de mantenimiento de la superioridad aérea, defensa aérea, reconocimiento táctico, apoyo aéreo, reabastecimiento en vuelo, transporte aéreo y SAR de combate.
Por último, cabe destacar, dada su importancia en este ejercicio, al Mando Componente de Operaciones Especiales (SOCC) al estar al mismo nivel que los otros Mandos Componentes de Tierra, Mar y Aire.
Fuerzas de Operaciones Especiales
El citado SOCC fue instalado en Marines (Valencia), siendo su jefe el general francés Joana, con un Estado Mayor multinacional integrado por personal de la jefatura del Mando de Operaciones Especiales (MOE) de España. A su vez, estaba formado por dos fuerzas de Operaciones Especiales (Special Operations Task Forcé, SOTF), lideradas en ambos casos por tenientes coroneles españoles. En concreto la SOTF Norte con una estructura basada en el Grupo de Operaciones Especiales (GOE) Valencia III de Alicante, reforzado con personal de las fuerzas homologas de la coalición y, del mismo modo, la SOTF Sur, a cargo de la Bandera de Operaciones Especiales de la Legión (BOEL) Maderal Oleaga XIX, de Ronda (Málaga).
Por su parte, las otras unidades similares del Ejército del Aire y la Armada Española, es decir, la Escuadrilla de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC) de Alcantarilla (Murcia), la Unidad de Operaciones Especiales (UOE) de San Fernando (Cádiz) y la Unidad Especial de Buceadores de Combate (UEBC) de Cartagena (Murcia), también se encontraban integradas en las SOTF.
Por lo que respecta a la SOTF Norte liderada por el GOE III, se encontraba instalada en el Regimiento de Artillería Antiaérea que existe dentro de la base aérea de Zaragoza. En la misma se desplegaron las patrullas del GOE III, más los equipos del Regimiento de Operaciones Especiales francés, del 9º Regimiento Colonel Mochín con sede en Livorno (próximo a Pisa), los Boinas Verdes portugueses del Centro de Instrucción de Operaciones Especiales (CIOE) de Lamego y de los Comandos Paracaidistas del Aire, también de nacionalidad francesa, que actuaron junto con la EZAPAC española.
Fue impresionante el despliegue de medios a disposición del GOE III. Junto a los helicópteros del BHELMA III de Logroño, actuaron helicópteros Súper Puma y Gazelle del Destacamento Aéreo de Operaciones Especiales (DAOS) francés, así como un avión C-160 Transall de la División de Operaciones Especiales (DOS) que el COS (como llaman al MOE en Francia) tiene específicamente preparados con medios técnicos y con pilotos adiestrados para OE. Concretamente, en el caso de los Gazelle, sus sofisticados sistemas de navegación les permitían identificar líneas de alta tensión y posibles obstáculos que dificultaran tanto el vuelo nocturno como las tomas en el suelo, así como fotografiar o grabar en video los objetivos. Llevaban incorporados sistemas de señalización con láser para el guiado terminal, de modo que mientras un helicóptero ilumina un objetivo con un rayo láser, otro podía disparar sus misiles que se dirigirían al punto señalizado con la máxima precisión.
Con independencia de estos medios aéreos de OE franceses, intervinieron dos aviones españoles T-19 más buques de la Armada que puntualmente también estuvieron a disposición del SOCC para apoyar las inserciones y extracciones de las patrullas de OE tanto por aire como por mar.
Misiones especiales
UOE fueron las primeras en desplegarse para preparar el camino a las restantes fuerzas. Así, en la primera fase de alerta y activación, destacamentos de enlace tomaron un primer contacto con unidades de las dos naciones en conflicto y con agencias y organizaciones internacionales existentes en la zona para evaluar su situación e intenciones. Por otro lado, proporcionaron información sobre instalaciones aeroportuarias, puertos, etc., previstos para la entrada en el teatro de operaciones de los componentes terrestres y marítimos, así como sobre las líneas de comunicación críticas y sobre las actividades de grupos ilegales y elementos incontrolados. En resumen, su principal trabajo fue allanar el terreno para facilitar la llegada de las fuerzas convencionales.
En una segunda fase, mientras tenía lugar el despliegue y organización de la fuerza operativa, las UOE se encargarían de proporcionar información sobre las áreas y zonas más conflictivas de ambos países, así como sobre las instalaciones y objetivos de carácter estratégico cuya destrucción, por parte de los grupos ilegales, más pudiera repercutir en el cumplimiento de las tareas asignadas a la coalición. También debían establecer destacamentos de enlace en los campos de desplazados y apoyar al resto de los componentes en el control de armas y rescate de pilotos abatidos. Además de estas misiones de enlace y obtención de información la SOTF Norte liderada por el GOE III permaneció alertada para, si fuera necesario, entrar en combate mediante misiones de acción directa en apoyo del cumplimiento del alto el fuego o para el rescate de rehenes.
En esta SOTF a cargo del GOE III las actividades llevadas a cabo durante el ejercicio Eolo, con independencia del tiempo empleado para la incorporación a la zona de operaciones y su regreso a los respectivos acuartelamientos, una vez realizadas estas, se dividieron en tres fases claramente diferenciadas, una primera de cross training (2 días), otra de planeamiento de las operaciones en las bases operativas (3-6 días) y una tercera de ejecución sobre el propio terreno (2-7 días), tiempos que variaron según el tipo de misión.
En lo que al cross training se refiere, la actividad principal fueron los saltos con paracaídas españoles de apertura automática efectuados desde C-160 Transall francés. Este avión incorporaba medios de navegación y cuenta con pilotos específicamente preparados para insertar patrullas de OE; volaban a muy baja cota para evitar ser detectados por los radares. También se aprovechó este primer periodo de contacto entre patrullas de nacionalidades diferentes para conocer procedimientos, coordinar balizajes de helicópteros, etc.
Por último, la ejecución de estas operaciones en el campo fue el plato fuerte del Eolo 2000. En la zona de acción de la citada SOTF Norte (GOE III), se llevaron a cabo seis acciones de reconocimiento especial para obtener información sobre objetivos (2 españolas, 2 portuguesas, 1 francesa y 1 italiana) y tres de acción directa con patrullas de combate (1 española, 1 portuguesa y 1 francesa), además de dos lanzamientos nocturnos en apertura manual de patrullas mixtas formadas por comandos del Aire franceses y personal de la EZAPAC española con la finalidad de señalizar, posteriormente, zonas para el lanzamiento de patrullas de OE o balizar el aterrizaje de un avión.
Las misiones de reconocimiento especial fueron encaminadas a descubrir campos de entrenamiento, depósitos de armas, centros de transmisiones, etc. de los grupos ilegales, así como informar sobre las actividades de los elementos incontrolados de las Fuerzas Armadas de los dos países en litigio o de bases aéreas, acuartelamientos, baterías de costa, etc. en poder de los mismos. Por su parte, las misiones de acción directa se centraron en el rescate de rehenes de la coalición en manos de estos grupos y en la captura o destrucción del material y armas que poseían. Veamos, a modo de ejemplo, cómo se desarrolló una de estas acciones, la operación Igriés.
Operación Igriés
En esta operación intervinieron una patrulla de reconocimiento y otra de combate españolas, más una patrulla mixta de Comandos del Aire española-francesa, con el apoyo para las inserciones y extracciones de los helicópteros Súper Puma y Gazelle franceses, junto con el C-160 Transall también francés y dos T-19 españoles. Esta operación se montó para rescatar a tres rehenes españoles secuestrados por los grupos ilegales. Se tenía información de que pudieran permanecer prisioneros en el antiguo campamento militar de Igriés (Huesca), supuestamente ocupado por personal de uno de los citados grupos. Por tal motivo, una patrulla de reconocimiento española saltó en paracaídas en una zona próxima y, tras infiltrarse a pie hasta las proximidades del campamento, montó un observatorio sobre el mismo. Durante siete días la patrulla infiltrada informó a la base operativa de la SOTF sobre las actividades realizadas por los ilegales, confirmando la existencia de los rehenes y su localización dentro de las instalaciones, así como de las medidas de seguridad adoptadas para su custodia.
Mientras tanto la patrulla de combate, con la información previa que se disponía sobre el campamento de Igriés y de los rehenes, más la que iba llegando de sus compañeros desplegados en esa zona, realizaba el planeamiento detallado de la acción del rescate. Primero se insertaría la patrulla con dos Súper Puma que volarían de noche a baja cota hasta un punto previamente concertado, donde elementos de la patrulla de reconocimiento balizarían la toma de los helicópteros y, posteriormente, guiarían a toda la unidad hasta un punto de reunión próximo al objetivo.
En este se llevarían a cabo los últimos preparativos antes de iniciar la acción sobre el campamento. Después se aproximarían sigilosamente hasta las alambradas y, una vez abiertos con las cizallas dos boquetes en las mismas, penetrarían en el objetivo. Dos binomios de francotiradores, provistos de fusiles de precisión con aminorador de ruidos en sus bocachas, eliminarían a los centinelas… A su vez, un equipo de protección apuntaba hacia las puertas y ventanas donde dormían el personal de seguridad y resto de ilegales al objeto de neutralizar sus posibles reacciones.
Tras el rescate, los dos helicópteros Gazelle que permanecían estacionados con los motores en marcha a cinco minutos de Igriés, siguiendo un plan de coordinación en tiempo acordado previamente, aparecerían sobre el campamento en estos últimos momentos del repliegue de la patrulla, empleando sus sofisticados sistemas de visión nocturna y de guiado terminal con láser para protegerla en el caso de que, a pesar de todo, reaccionase algún grupo incontrolado.
Resumen
En definitiva, en el Eolo 2000 se volvió a demostrar no solo la importancia que las fuerzas de OE poseen en diversas circunstancias, incluyendo las misiones de imposición de la paz, sino la variopinta gama de las mismas y el desarrollo, como hemos visto, de aeronaves específicamente destinadas a estos menesteres.
En este ejercicio el GOE III demostró la capacidad de su PLMM para dirigir la Fuerza de OE Norte que tenía a su cargo compuesta por diversas UOE y medios de inserción españoles y de otros países. Por su parte, las patrullas que intervinieron del GOE III, una vez más, tuvieron una actuación impecable. Liderar la SOTF Norte fue mi última misión como teniente coronel jefe del GOE III. Dos meses después de finalizar el Eolo ascendí a coronel y tuve que decir adiós a mi querido GOE III.