General de Brigada médico Alberto Hernández Abadía de Barbará
Fui destinado al GOE I en junio de 1992, once meses después de haber recibido mi despacho de teniente médico. Se cumplió de este modo un sueño que tenía desde el verano en que cumplí doce años. Por aquel entonces iba muchos días a visitar a un primo mío que realizaba la primera parte de su servicio militar en el CIR 1 de Colmenar Viejo. Una de esas tardes vi a unos guerrilleros que realizaban una demostración de acciones de operaciones especiales y le pregunté a mi primo que quiénes eran. Me contestó que eran los de las COE, los guerrilleros. Desde aquel momento se despertó mi interés por las unidades de operaciones especiales y me propuse que algún día yo sería oficial médico de los boinas verdes y, gracias a Dios, lo conseguí.
El tiempo que pasé destinado en el GOE I fue de los que más han influido en mi vida, para bien. Tuve el privilegio y el gran honor de compartir destino, cometidos, ejercicios, alegrías y algún que otro momento duro con unos compañeros que me enseñaron que, por encima de todo, la misión se cumple y que, si además se sobrevive en perfectas condiciones, el éxito es completo. Sin duda la palabra exhorta y el ejemplo arrastra y cada día de los que tuve el honor de pertenecer al GOE I recibí imborrables ejemplos de que para mis compañeros no había a su duro pie risco vedado.
Me enseñaron a bucear, a escalar, a rapelar; en suma, a sobrevivir, mejorando mucho mi formación militar. Tuvieron la paciencia de comprender a un joven teniente que no dejaba de hablarles de la importancia de la formación en primeros auxilios y en conocimientos sanitarios para los componentes de una unidad tan operativa. Me ayudaron mucho a desarrollar la Sección de Sanidad de la Compañía de Plana Mayor y Servicios bajo el mando del capitán Ruiz de Pascual, mi capitán, y a avanzar en lo que habían iniciado mis predecesores, como Víctor Phares y Carlos Jiménez. Aprendí de todos, tanto oficiales como suboficiales y tropa.
A lo largo de los años volví a coincidir con muchos de ellos y comprobé que el vínculo que se había forjado en el GOE Órdenes Militares I no se había perdido. Me gustaría nombrarles a todos y no dejarme a ninguno. Mención especial merecen mis comandantes Palomo y Herrero, los capitanes Íñiguez Andrade, Conde y Rodrigo de Azpiazu (uno de mis referentes al cabo de los años), los tenientes De Frutos, Vázquez, Castellanos, Altozano (cuántas horas compartidas y cuántas enseñanzas te debo, mi general), Rocha, Martín Gil, Montes… Los suboficiales Héctor, Donoso, Fran, “Obispo”, Bujeda, Salinas, Norman, Corrales Viscasillas (quien es autor del lema “Vuestra vida es nuestra lucha” que se convirtió en el de las unidades de sanidad operativa del Ejército de Tierra) y unos cuantos más que, como ya he dicho, me aportaron mucho con su ejemplo, compañerismo y apoyo.
No puedo dejar de mencionar a mis subordinados en la Sección de Sanidad con los que también compartí momentos inolvidables; Pilar, la oficial enfermera y todos los leales y abnegados sanitarios que también superaron su prueba de la boina. Siempre fueron conscientes de su gran responsabilidad y dieron lo mejor de sí mismos. Llegamos incluso a publicar en la Revista de Sanidad Militar un artículo titulado “La Sanidad en una Unidad de Operaciones Especiales”. Hoy en día esa formación sanitaria está totalmente integrada en los programas de formación de operaciones especiales con cursos específicos como el TCCC, lo que supone que fuimos pioneros.
El teniente coronel jefe don José María Armendáriz La-Roche fue nuestro excelente jefe, el que consiguió que se publicase la vacante de oficial médico del grupo y me propuso para ocuparla y luchó para que permaneciese allí. Gracias, mi coronel, sabes que sigo a tus órdenes.
Han pasado más de treinta años y recuerdo como si hubiese sido ayer todas aquellas experiencias que me hicieron ser mejor militar y mejor persona y agradezco infinito al Señor que me regalase el privilegio de vivirlas junto a unos compañeros que hasta en los momentos más duros siempre me ayudaron y me enseñaron.
Gracias a todos y al GOE I, de corazón.
Viva el Grupo de Operaciones Especiales Órdenes Militares I
Madrid, a 14 de enero de 2024