General de División (Reserva) Jaime Íñiguez Andrade
Teniente en la COE 62 (Bilbao). Capitán en la COE 12 (GOE Órdenes Militares I)
Del libro “Las acciones no (todas) contadas de las Unidades de Operaciones Especiales españolas” y autorizado por su autor: Jaime Íñiguez Andrade.
23 de febrero de 1981, brigada auxiliar de la COE: “Mi capitán, en el pueblo he oído que ha pasado algo serio en el Parlamento. He sintonizado la televisión en el PRC 77 (1) y, efectivamente, parece que han entrado algunos guardias civiles en el Congreso con el Gobierno y los parlamentarios dentro”.
Capitán jefe COE: “¿Qué me estás contando? ¿Seguro que no era un programa de broma?”.
Brigada: “No, no, mi capitán. Escuche la radio”.
El 23 de febrero de 1981, las Unidades de Operaciones Especiales 11 y 13 del GOE I se encontraban realizando las “prácticas de vida, movimiento y combate en época invernal”, en la sierra de Guadarrama, dispersos en los alrededores de los puertos de Navacerrada y Cotos (2). Al acabar las extenuantes actividades diurnas de ese día, las dos UOE se tenían que agrupar en el albergue de la Real Sociedad Española de Peñalara para cenar y luego continuar con las prácticas, ahora ya nocturnas. Pero esa tarde no era una tarde cualquiera: uno de los suboficiales auxiliares (en cada COE hay uno, normalmente el más antiguo, encargado de la parte administrativa de la Unidad: furrielería, realizar la compra de los alimentos en las maniobras, etc.) observó revuelo en los comercios y escuchó que había habido un incidente grave en el Congreso de los Diputados, de lo que informó a su capitán jefe de la UOE 13, Miguel Jáuregui, una vez se incorporó al albergue, quien compartió esta información con el capitán jefe de la 11, José Chicoy. Estos capitanes hablaron con el comandante del GOE I, Evaristo Muñoz Manero, quien, desde su base en Colmenar Viejo, les dijo que permanecieran donde estaban; eso sí con el equipo recogido. Mientras, la otra UOE del GOE, la 12, al mando del capitán Vicente Gonzalvo, quedaba acuartelada, equipada y municionada, con los vehículos preparados, incluyendo los blindados medios de ruedas (BMR), dispuesta a cumplir las órdenes que en cada caso se dieran.
El 24 de febrero, temprano, los que estaban en la sierra recibieron la orden de desplazarse a su cuartel, la base de San Pedro (Colmenar Viejo), de una manera que no provocaran más alarma en la población civil. En cuanto llegaron, se sumaron a la situación en la que ya estaba la UOE 12. Una de las hipótesis que allí se barajó fue la de asaltar el Congreso para recobrar la normalidad, situación en la que el disponer de esos BMR se podría considerar una ventaja táctica. El GOE I era la única unidad de OE que disponía de este tipo de vehículos. Como es sabido, no hizo falta que actuara: sobre las 10:30 horas del 24 se firmó el “pacto del capó” iniciándose, a continuación, la retirada del personal que había asaltado el Congreso.
Un año más tarde, en el primer semestre de 1982, las mismas UOE volvieron a verse afectadas por los hechos de aquel día. Ahora contribuyendo con la seguridad de la Vista Oral del Consejo de Guerra contra los protagonistas del 23 de febrero de 1981, en lo que se denominó Causa 2/81.
Este Consejo de Guerra tuvo lugar en el Servicio (hoy Centro) Geográfico del Ejército de Tierra, situado a la altura del kilómetro 6 de la carretera de Extremadura, Madrid, ubicación que hoy mantiene. Las actuaciones se iniciaron el 19 de febrero, acabando el 24 de mayo. La responsabilidad de la organización, coordinación y ejecución del sistema de seguridad y protección se le asignó al general de brigada Martín Ambrosio, jefe de la Brigada de Defensa Operativa del Territorio (BRIDOT) I; sistema que quedó configurado de la manera siguiente:
Exterior del Servicio Geográfico: asignado al Cuerpo Nacional de Policía.
Accesos al SGET: servicio de vigilancia del propio Servicio Geográfico, apoyado por la Guardia Civil que se incorporó dotada de arco y detectores de metales portátiles.
Interior del Acuartelamiento: se designaron zonas de libre circulación y otras de accesos restringidos. Los guerrilleros fueron los encargados de que se respetara lo anterior, de acuerdo con el color de la tarjeta que todo el personal debía llevar encima.
Acceso a la Sala de Justicia: se encargó la Guardia Civil con más arcos y detectores de metales. La sala ocupaba un área de unos 1000 m2; en el interior, los procesados estaban separados del resto (familiares, prensa, observadores, etc.) por unas mamparas de cristal blindado (adquiridas para la ocasión y que todavía se encuentran allí). En el interior de la sala también se encontraban elementos de la Policía Militar. A esta sala ya solo llegaban aquellos autorizados por la UOE de acuerdo con el color de la tarjeta.
La residencia del Servicio Geográfico acogió a los procesados durante toda la vista; los accesos, interior y parte exterior de las ventanas se vigilaron con unas cámaras de seguridad instaladas ad hoc; los monitores se desplegaron en un cuarto contiguo al que ocupaba el capitán de la UOE de guardia, que funcionaba como sala de control. Los procesados permanecieron en el Servicio Geográfico mientras duró el proceso.
El entonces jefe del GOE I, comandante Evaristo Muñoz Manero, estableció un turno entre sus tres unidades operativas (UOE 11, 12 y 13) basado en la antigüedad de sus respectivos capitanes; así, la 11 mandada por el capitán José Chicoy Visiers fue la primera; además, por estar el capitán de la PLMM del GOE, José María Armendáriz La-Roche, en el curso de ascenso a comandante, correspondió también al capitán Chicoy asistir a las reuniones previas para realizar el planeamiento de la operación. A la 11 la siguió la 13, con su capitán Miguel Jáuregui García al frente, siendo relevada por la 12, mandada por el capitán Vicente Gonzalvo Sánchez.
El 11 de febrero, la UOE 11 se desplazó al lugar alojándose en el entonces contiguo Polígono de Experiencias y Tiro donde la unidad designada permanecía durante el proceso. Las sesiones empezaron ocho días más tarde, el 19 de febrero, casualmente casi un año después del intento del golpe de estado. El capitán de esta UOE fue testigo de la llegada de los más de seis mil folios, mecanografiados por ambas caras, del sumario.
Para proporcionar la requerida seguridad del interior del acuartelamiento, la UOE de servicio tenía una de sus secciones, entera, de guardia; otra en alerta y la tercera en descanso. La sección de guardia cubría las cuatro esquinas del edificio donde se desarrollaba el juicio; además, tenían un puesto de observación con tiradores de precisión en una de las torres de la base, desde la cual dominaban tanto la entrada al Servicio Geográfico como a la Sala de Justicia. La sección de alerta se ejercitaba en el Polígono de Experiencias y Tiro, de acuerdo con un programa de instrucción elaborado para este cometido, ensayando una y otra vez, como es costumbre en operaciones especiales, las contingencias para las que pudiera ser requerida y, llegado el momento, relevar a la de guardia. La sección de descanso era la que acababa de ser relevada. Cuando acababan las sesiones y se desactivaba la Sala, así como en los fines de semana, la seguridad se proporcionaba mediante patrullas móviles. Los relevos se hacían a la manera propia guerrillera: las secciones entrante y saliente se desplazaban desde o hasta el Polígono de Experiencias y Tiro a paso ligero (3).
Las jornadas fueron muy largas y la tensión se palpaba en el ambiente. La situación era compleja: había un centenar de procesados, sus familiares y defensores, muchos más periodistas y observadores que encausados, y en un momento que todos sabían que sería histórico. Forzosamente, las medidas de seguridad fueron muy exigentes; por ello hubo agrias discusiones entre alguno de los procesados y sus defensores y miembros del Tribunal, presidido por el teniente general Álvarez Rodríguez (4).Al entonces director de Diario 16, Pedro J. Ramírez, le expulsaron en uno de los primeros días de la vista debido a que los procesados hicieron un plante al Tribunal mientras el citado periodista estuviera presente; la queja procedía de un reportaje publicado el 23 de febrero de 1982 en Diario 16 con información contra uno de los acusados que consideraron ofensiva para todos; el periodista Miguel Ángel Aguilar salió de la sala con el Sr. Ramírez y fue luego expulsado del acuartelamiento por proferir expresiones descalificadoras hacia ciertos militares mientras efectuaba una consumición en el remolque cooperativa (cantina, en el argot militar).
Tarjetas que portaban los miembros de las UOE. Obsérvese en la fotografía alguna característica única de las COE: barba (en aquella época solo La Legión y las COE la podían llevar); el jersey de cuello alto y el uniforme hidrofugado, también exclusivos de estas Unidades y las de Montaña.
La diferencia en color es consecuencia de las diferentes autorizaciones de movimiento dentro del SGE; la verde corresponde con la del Capitán de la UOE, y la azul con la un Jefe de Sección. En el pie de cada tarjeta se especifican las áreas permitidas de acceso.
Copias de tarjetas cedidas por los interesados
El guerrillero de servicio de puesto se tenía que fijar básicamente en el color de la tarjeta del portador, la cual le autorizaba el paso por un área determinada; si se encontraba con alguna duda, llamaba a su sargento, siempre próximo y alerta, quien la debía solucionar. Si estaba más allá de su capacidad de decisión se elevaba al teniente jefe de sección quien, si tampoco podía darle solución, la elevaba al capitán jefe de la UOE. Las incidencias iniciales se fueron poco a poco reduciendo a medida que las personas acreditadas se familiarizaban con sus itinerarios autorizados, en función del color de la tarjeta asignada. Bien entrenados, seguros de sí mismos, como siempre lo han sido, los guerrilleros asumieron sus responsabilidades y aplicaron las consignas de cada puesto con rigor, incluso corrigiendo al propio presidente del Tribunal cuando pretendió seguir un itinerario que no tenía autorizado. Precisamente, esa rigidez, muy criticada los primeros días, fue objeto de felicitaciones al final del proceso, especialmente entre los acreditados, que destacaron la seriedad, disciplina, preparación y bien hacer de los miembros del GOE I.
Para los miembros de las UOE que proporcionaron seguridad tampoco eran días fáciles; entre sus cometidos doctrinales no estaba este que desempeñaban, muy alejado de los otros para los que se adiestraban normalmente. Tuvieron que soportar, sobre todo al principio, alguna mirada despreciativa y comentarios de los procesados que les tenían por carceleros. Una noche, los acusados taparon con trapos y toallas las cámaras que se instalaron en la entrada de la residencia donde se alojaban, requiriendo la participación del capitán de la UOE de turno, en ese caso la 13. El apoyo leal y constante
del general Martín Ambrosio, así como la presencia frecuente del comandante del GOE I hizo que este servicio fuera más llevadero.
Por haber existido tensión entre el general Armada, uno de los principales procesados, y el resto, a este general se le separó del grupo; una de las noches, seguramente llevado por algún sentimiento de soledad, le pidió al capitán de turno si podía cenar con él. El capitán accedió y recuerda que hablaron de muchas cosas… excepto del intento de golpe de estado.
¿Por qué se eligió al GOE para dar esta seguridad cuando esto no está entre los cometidos principales de este tipo de unidades? Al igual que ya pasara en 1970, cuando la COE 61 de Burgos proporcionó seguridad al Consejo de Guerra comentado en el capítulo 2, no se han encontrado documentos donde se reflejen los motivos. Intuitivamente se puede llegar a la conclusión de que las autoridades responsables de la parte militar de la seguridad querían las mejores unidades encargadas de ella, fiables, con un gran nivel de instrucción, con mayor cohesión y, quizás, las más profesionales en una época en la que solo la Legión podía recibir esa calificación. Era un Consejo de Guerra que iba a ser transmitido a todo el mundo; no podía haber errores en la seguridad. Y las UOE lo hicieron y, como siempre, muy bien; los boinas verdes continuaban consolidando su bien ganada reputación y en cometidos de gran trascendencia.
Entrada a la Sala; de izquierda a derecha: teniente coronel (Tcol) Bielsa (jefe saliente de la Plana Mayor del CGET en noviembre 2019); Pedro Vázquez (comandante; entonces sargento de la UOE 13); Lauro Vallés Martínez (teniente; entonces sargento 1º de la Agrupación Obrera y Topográfica); José María Armendáriz (coronel; entonces capitán en la PLM del GOE I); Antonio Rueda (Tcol, entonces alférez jefe de sección de la UOE 12); Demetrio Contador Macías (comandante; entonces teniente de la Agrupación Obrera y Topográfica y destinado en el SGET); el autor del libro; Miguel Jáuregui García (coronel; entonces capitán jefe de la UOE 13); Tcol Francisco Javier Galisteo Cañas (jefe actual del Centro Geográfico), José Chicoy Visiers (coronel, entonces capitán jefe de la UOE 11); José Luis Sánchez Tello (Tcol, jefe entrante de la PLM del CGE, en noviembre 2019).
Las UOE seguían demostrando su adaptabilidad, fruto de la mente flexible de sus componentes: en febrero de 1981 estaban en la montaña, adiestrándose en la vida y combate en ese escenario; un año más tarde, las mismas unidades estaban colaborando en la seguridad de un Consejo de Guerra
Soto del Real, a 30 de noviembre de 2023
(1) Entonces la señal de audio de TVE era compatible con el viejo PRC-77.
(2) Cuando las COE 11 y 12 se trasladaron a Colmenar Viejo desde sus bases anteriores (Madrid y Plasencia, respectivamente) en 1979, para crear el GOE I, se les cambió la denominación para, en vez de Compañías, llamarse Unidades, que mantuvieron hasta 1988 cuando recuperaron el nombre original.
(3) Hay una famosa canción guerrillera que dice: “No me gusta estar en firmes ni en descanso a discreción, prefiero el paso ligero, que es como se está mejor”. El paso ligero era la manera habitual en que el personal de las COE se desplazaba por su acuartelamiento, aun yendo el guerrillero solo.
(4) Tenían autorización a estar en la Sala: miembros del Tribunal, procesados, letrados defensores (tanto civiles como militares), representantes del Colegio de Abogados, representantes de los Cuerpos Jurídicos de los tres ejércitos (entonces no era un Cuerpo Común), representantes de los grupos parlamentarios, representantes de las Grandes Unidades de los tres ejércitos y familiares de los procesados.