Coronel retirado Miguel Cervilla Lupión
Capitán fundador del GOE II (Granada). Antiguo Teniente y Capitán jefe de la COE 21 (Tarifa). Capitán del GOE II. Comandante jefe del GOE IV (Barcelona)
Vamos, en primer lugar, a conocer esa parte de nuestra España, porque muchos españoles no saben de su existencia.
Posiblemente, son muy pocos los españoles que conocen los nombres de esas islas, islotes y peñones que jalonan la costa norteafricana y en los que ondea la bandera de España. Salvo la isla de Alborán, que pertenece al Ayuntamiento de Almería, el resto no forma parte de ninguna comunidad autónoma, ni ayuntamiento ni provincia; su estatus es especial y solo forman parte del Estado Español y de la Unión Europea.
Estas formaciones pétreas son trozos de historia, con fronteras definidas o indefinibles. Son como escombros caídos de la Península que cuesta mucho más defender de lo que aportan, pero que pocos se plantean abandonar. Son pedruscos que encierran siglos de batallas, historias de marinos y piratas, leyendas, mitos y disputas ancestrales cubiertos de esa belleza mediterránea que vuelve eterno todo lo que toca…
Islas Chafarinas: Distancia a la costa africana: 3,52 km. Número de islas: 3. Superficie: 0,525 kilómetros cuadrados.
Conocidas por los romanos como “Tres Insulae”, fueron refugio de piratas. De hecho, Chafarinas significa “tierra de ladrones”. Tierra de nadie durante siglos, forman parte de España desde 1848. Recientemente se descubrieron restos del Neolítico que prueban que hubo asentamientos humanos hace 6 500 años. La carencia de agua dulce hace pensar que las islas estuvieron unidas al continente africano.
La posesión por parte de España se llevó a cabo mediante el desembarco de 550 hombres venidos a tal fin desde Málaga. El general Serrano, bandera en mano, las tomó al grito de “¡Islas Chafarinas por su majestad la reina de España doña Isabel II!”. Fue la última incorporación territorial en la historia de España.
Los islotes se bautizaron con los siguientes nombres: isla de Isabel II, isla del Rey Francisco e isla del Congreso.
Islas Alhucemas: Distancia a la costa africana: entre 50 y 700 m. Número de islas: 3. Extensión: 0,046 kilómetros cuadrados
Están situadas a medio camino entre Ceuta y Melilla, frente a la ciudad marroquí del mismo nombre, y pertenecen a España desde el año 1560. En aquella época, el sultán Muley Abdalá, que dominaba parte del actual territorio de Marruecos, estaba en guerra con el imperio otomano y, buscando una alianza provechosa, se las entregó a Felipe II a cambio de su protección.
Alhucemas significa espliego en árabe. Los tres islotes que forman el archipiélago tienen los siguientes nombres: peñón de Alhucemas, isla de Tierra e isla de Mar.
Peñón de Vélez de la Gomera: Extensión: 0,019 kilómetros cuadrados. Altura máxima: 87 m. Distancia a la costa marroquí: 0 m
Pertenece a España desde 1508 tras arrebatárselo a los piratas berberiscos. Desde entonces, soportó pestes, incursiones de rifeños, sublevaciones de presos e, incluso, sobrevivió a una proposición del Congreso, en 1872, de abandonarlo o de volarlo con dinamita. Llegó a albergar a más de 400 personas, pero ahora solo acoge a unos cuantos Regulares. Su nombre proviene de la vecina región marroquí de Gomara.
El peñón era una isla, pero, en 1930, un terremoto hizo aflorar un istmo que dio lugar a una nueva frontera con Marruecos. Actualmente, esta frontera está materializada por una cuerda de color azul un tanto arbitrariamente colocada, puesto que, por su reciente aparición, no está contemplada en ningún tratado hispano-marroquí.
Ya conocido donde fuimos a parar, voy a exponer del porqué aparecimos por allí nosotros, los de las COE. Se acaba de producir en el año 1985 una restructuración en el Ejército de Tierra y se creyó conveniente de que cambiaran las guarniciones de estas islas y peñones, hasta ese momento las Unidades de Regulares de Ceuta (se hacían cargo con una compañía del peñón de Vélez de la Gomera) y Unidades de Regulares de Melilla (se hacían cargo con una compañía en cada una de islas Chafarinas y del peñón de Alhucemas). Nosotros, con una COE, y apoyos que describiré le daríamos custodia a todos durante un periodo de cerca de 40 días, con rotaciones por las que pasaríamos todas las COE, fueran de un GOE o las independientes que subsistían en ese momento.
Todo comenzó el mes anterior, cuando el capitán, y en mi caso con el brigada, se desplazaba a las islas y peñones para realizar el reconocimiento de la vida en las mismas, mediante los helicópteros que en la quincena efectuaban el abastecimiento de alimentación.
En este reconocimiento se enteraba uno de la vida y vicisitudes, necesidades y previsiones que se debían de realizar. Las peticiones de necesidades se debían de efectuar con antelación, ya que algunas de ellas llegarían mediante los buques de Armada. Hablamos de:
-Gasoil con el que funcionaban la mayoría de las infraestructuras; los motores que producían electricidad (para hacer funcionar los hornos de pan, las cámaras refrigeradoras, las cocinas, la electricidad de todos los edificios, etc.) mediante un buque de la Armada, en bidones de 200 l.
-El agua, para reposición de las gastadas. Existían unos depósitos que podrían sustentar las islas durante más de dos meses. Mediante buque aljibe.
-La harina y la levadura. Mediante un buque de la Armada
-El propano para la cocina del peñón, que era única. Mediante un buque de la Armada
-El forraje para los animales, en el caso de Chafarinas, ya que había un mulo. Mediante un buque de la Armada
-La alimentación, en nuestro caso, la estimábamos nosotros. Los cálculos se hacían por quincenas. Se preparaba unos menús y, en base a ellos, se empaquetaba todo. Llegarían en los mismos medios que el personal; es decir, por Chinook, y al día siguiente de la proyección de personal y a la quincena para el resto de los días; se desplazaba de Granada al aeropuerto de Málaga en donde se embarcaba en los helicópteros, que irían a cada isla o peñón. Así mismo, se traían materiales de apoyo que creímos necesarios, como equipos de natación en superficie y de escalada.
En el GOE II, se designa a la COE 22, mandada por el capitán Cervilla. Dicha COE fue la primera en realizar los relevos a la BOEL que se encontraba custodiando los enclaves con una COE, en relevos, desde hacía tres meses. La Unidad al completo de personal y los apoyos se trasladó el día 27 de enero de 1986 al campamento Benítez (Torremolinos-Málaga), en donde se nos dio alojamiento con todo lo que teníamos que desplazar.
El día 28, a horas muy tempranas, nos dirigimos con todo el material al aeropuerto de Málaga, en donde ya se encontraban los helicópteros Chinook.
El embarque se realizó de esta forma:
–Chinook a Chafarinas:
- La PLM de la COE reforzada con un soldado médico y su buena mochila de útiles necesarios por deficiencias observadas en el reconocimiento.
- Una sección al completo de hombres y sus equipos.
- La alimentación correspondiente se cargaría al día siguiente con personal designado al efecto del Grupo. Esta alimentación y los equipos se encontrarían bien señalizados y empaquetados, al objeto de que no hubiera equivocaciones en el embarque.
–Chinook a Alhucemas:
- La PLM de la SOE reforzada con un soldado médico y su buena mochila de útiles necesarios por deficiencias observadas en el reconocimiento.
- Una sección al completo de hombres y sus equipos.
- La alimentación y los equipos correspondientes se cargarían al día siguiente con personal designado al efecto del Grupo. Esta alimentación se encontraría bien señalizada y empaquetada, al objeto de que no hubiera equivocaciones en el embarque.
–Chinook al peñón de Vélez de la Gomera:
- La PLM de la SOE reforzada con un soldado médico y su buena mochila de útiles necesarios por deficiencias observadas en el reconocimiento.
- Una sección al completo de hombres y sus equipos.
- La alimentación y los equipos correspondiente se cargarían al día siguiente con personal designado al efecto del Grupo. Esta alimentación se encontraría bien señalizada y empaquetada, al objeto de que no hubiera equivocaciones en el embarque.
Se realizó el transporte, sin ninguna novedad a resaltar, salvo que los que íbamos a Chafarinas hicimos escala en el helipuerto militar de Melilla a repostar combustible, de unas petacas de combustible, previamente desplazadas a la zona.
Cuando llegamos a las islas y peñones, nos esperaban formados los salientes y, después del saludo entre los miembros, se procedía al embarque de los salientes y su desplazamiento a sus destinos de procedencia.
Y comenzaba el calvario de los que iniciábamos esta nueva andadura. Los salientes dejaban un encargado de los locales, un encargado de alimentación y un encargado de armamento y municiones. Nombrados los nuestros, lo primero era alojarnos y dejar en custodia el equipo y, a continuación y sin solución de continuidad, recontar todo el material de las islas, para lo que teníamos el resto del día y de la noche, hasta que llegaran de nuevo, al día siguiente, los Chinook con la alimentación y en ellos regresaban los que se habían quedado.
Allí había relaciones de todo, mucho de todo y se quería tener constancia de que nos hacíamos cargo de lo contenido en: Alimentación, relaciones valoradas. Harina y levadura. Munición y armamento. Para iniciar una guerrita. Equipamiento en los locales y era un pueblo en pequeño. Agua. Gasoil.
Personal civil que había en las ellas y que se relevaban cada mes a través del barco de la Armada:
-Panadero y esposa (autorizada y solo ocurría en Chafarinas). En Chafarinas, estaba permanente.
-Mecánico de motores fuera borda.
-Mecánico de motores generadores de luz.
-Encargado del faro.
Otro personal militar:
-Un pelotón de la Compañía de Mar, al mando de un sargento, de procedencia con arreglo a cada Comandancia.
-Un suboficial especialista en cifra, de procedencia con arreglo a cada Comandancia.
Los medios e instalaciones de cada isla o peñón eran los correspondientes a un pueblo con locales de todo tipo y necesidad. En todos ellos existían unos generadores de electricidad a gasoil, que era el que cubría las necesidades de iluminación y daban vida a las infraestructuras (hornos de pan, cámaras frigoríficas, etc.). Así mismo, se disponía de un puerto que daba servicio para los abastecimientos por mar y cuyo tamaño era el conveniente a cada isla. Ahí, y en el manejo de las embarcaciones, era en lo que trabajaban los de la Compañía de Mar. Disponían de barcas a remos y con poca quilla, de embarcaciones que llamaban mixto, de capacidad de dos pelotones y, en alguna de ellas, una embarcación tipo zódiac a motor. También existía un helipuerto.
Todos los apoyos que necesitaban las islas y peñones procedían los del peñón de la Comandancia de Ceuta y el resto de la Comandancia de Melilla, con una excepción que era el helicóptero medio destacado en Melilla, que daba servicio a todos.
La dependencia táctica era la misma que las de apoyos y la orgánica del jefe de la COE. Los jefes de cada isla y peñones se convertían en gobernadores de la plaza. Con decir que aquello era como unos auténticos pueblos, con todas las dependencias y vicisitudes. Como curiosidad se disponía de libro de nacimientos, de defunciones y de enterramientos de las épocas en los que se dirigían como pueblos.
Se disponía de telefonía militar que nos enlazaba con cualquier parte de la Península y de teléfono civil solo de uso para recibir llamadas, salvo circunstancias y previas autorizaciones. Se establecían horarios con turnos de recibir llamadas.
En el centro de transmisiones, dirigido por un especialista en cifra, se podía recibir por teletipo las órdenes o instrucciones, ya fueran en claro o cifrado, para la que existía una cinta perforadora.
Se recibían, en algunas épocas del año en el caso de las Chafarinas, a personal civil autorizados para el estudio de la gaviota de pico rojo y de la foca monje. Algunas veces también entraban en el puerto barcos de pesca españoles procedentes de Barbate o de Almería para apoyos sanitarios concretos y aprovechaban para hacer tierra y tomar algo en la cantina. Cosa que agradecían regalándonos cajas de pescado (sardinas y boquerones). En lo referente a apoyos sanitarios hay que señalar que el peñón de Vélez asistía, previo consentimiento, al personal marroquí de Bades que lo requería. En Chafarinas ocurría la misma incidencia con Cabo de Aguas.
Se tenía la presencia periódica de una patrullera de la Armada que daba alegría a la guarnición realizando, algunas veces, actividades de recreo y comidas conjuntas, solo en el caso de Chafarinas. Cuando llegaba el barco de transportes de la Armada, se hacía un parón de actividades, ya que se debía de transportar o izar las mercancías a las instalaciones de las islas y peñones, como era el caso del gasoil, harina y demás productos.
El personal marroquí de las zonas, de un principio, no estaba autorizado a entrar en las islas y peñones. Los pescadores de los lugares se acercaban con sus barcas a efectuar la pesca. Sí existía buenas relaciones en el trato y respeto, aunque en cada isla había distinta tolerancia, por ejemplo:
-En Chafarinas se llegaba a un acuerdo con el caid (alcalde) de Cabo de Aguas y los pescadores respetaban distancias y no pescaban de noche en las cercanías. Se les canjeaba el pescado o alimentos frescos, que se les requerían, por otros productos que a ellos les interesaban. Si nos era necesario desembarcar en Cabo de Aguas, se nos trataba con respeto y tolerancia (no se solía ir, salvo alguna circunstancia grave).
-En Alhucemas no se tenía ningún trato con el personal civil ni español ni marroquí. Además, si nos acercábamos a la costa, el personal era retenido por las autoridades marroquíes.
-En el peñón de Vélez de la Gomera no se tenía ningún trato con el personal civil español y con el marroquí, con la autorización de la “mehannia” (soldados de custodia de costas y zocos, etc.), se llegaba a producir intercambios de productos, ya fueran de pesca o de alimentos frescos. Aquí el médico, algunas veces, tenía trabajo, llegando a disponer de hasta un pequeño consultorio en la parte baja de la guarnición.
Instrucción y actividades que se realizaban:
-Comenzaba el día con el izado de la bandera y al atardecer se arriaba la misma.
-Atendía a la seguridad diurna y nocturna.
-Se atendía a la alimentación.
-Por las mañanas se realizaban, normalmente, gimnasia, teóricas de supervivencia, de topografía o cosas por el estilo u otras que permitieran cada isla como rápel, combate en población, defensa perimétrica. Algunas guarniciones llegaron a realizar hasta tiro con armas individuales al mar.
-Por las tardes, normalmente, se realizaba mantenimiento de instalaciones y zonas abiertas de las guarniciones, con el problema, en detrimento de dichos locales, de que entre nuestro personal pocos había con conocimiento de fontanería, electricidad o albañilería y, además, no entró en nuestros cálculos el disponer de materiales para ello. Ya en otros relevos, recibimos el apoyo necesario o bien de las Comandancias o de nuestro acuartelamiento.
-Por las noches, se realizaba programada instrucción nocturna. Esta se realizaba según las posibilidades del perímetro de las guarniciones. Se tocaban alarmas en las que se entraban a las posiciones de defensa con armamento y equipo completo.
-También se realizaban reconocimiento de los islotes, con objeto de que no fueran ocupadas (en el caso de Chafarinas, las islas del Congreso y de la isla del Rey y en el caso de Alhucemas, las islas de Tierra y Mar) o de recreo (la isla del Congreso, a recoger huevos de gaviota y a capturar conejos) o mantenimiento (en la isla del Rey, a limpiar el cementerio y encalarlo e incluso a recoger burgaillos, caracoles marinos).
-Había entre los de OE una opinión contraria a realizar mantenimiento: “éramos guerreros”; pero estábamos muy equivocados: las instalaciones se iban deteriorando y se tenían que mantener. El caso es que sustituimos a unas guarniciones más numerosas que llevaban personal apropiado y que se sentían como en su casa y así la trataban. Nosotros íbamos a dar seguridad, las usábamos y las atendíamos lo poco que podíamos con nuestro buen hacer.
Con respecto a los apoyos que también se recibían eran la de proporcionarnos personal especialista en reparación de las infraestructuras de que disponíamos: cámaras frigoríficas, cocinas, hornos, telefonía, etc. Con su petición de urgencia, las Comandancias las atendían con el desplazamiento a la zona del helicóptero medio que había destacado en el helipuerto de Melilla.
Este helicóptero también llegó a efectuar evacuaciones de personal en algunas ocasiones muy graves. No he mencionado que cada isla o peñón disponía de un helipuerto de caracterizas parecidas; el del peñón de disposición muy mala y relativamente buenos los del resto, con la inconveniente de que ninguno disponía de iluminación nocturna siendo necesaria en algunas de las evacuaciones.
Por último, mi tropa había definido con motes a cada una de las islas y peñones:
-Chafarinas: “prados verdes”, los tenía cuando llovía. Hasta llegamos a tener un mulo, para tirar de un carro, ovejas y cerdos.
-Alhucemas: “Alcatraz 1”. Ya se puede imaginar el porqué. Una plataforma sobre el mar, toda construida.
-Peñón de Vélez de la Gomera: “Alcatraz 2”. Un peñón auténtico, con sus construcciones externas y horadado con cavidades habitables.
2 respuestas
Yo estuve en el peñón de Alhucemas 7 meses haciendo el servicio militar conocí en persona a Miguel Cervilla Lupion cuando era sargento de la tercera compañía de regulares 5…..
Muchas gracias por su aportación. Reciba un cordial saludo