Carlos Gómez Reina
Mi general, demás oficiales generales, oficiales, suboficiales y tropa, guerrilleros, familias y amigos de la boina verde.
Quiero, en primer lugar, darles, o si me lo permiten, daros a todos los presentes, la bienvenida a nuestra casa, el Acuartelamiento Alférez Rojas Navarrete, lugar que alberga hoy día a todos cuantos formamos parte del MOE o Mando de Operaciones Especiales del Ejército de Tierra.
El haber dejado atrás la pandemia nos ha permitido, en su cuarta edición y tras tres años del último encuentro realizado en este mismo patio, volver a abrir nuestras puertas para acoger a los precursores de lo que somos en el día de hoy, los veteranos boinas verdes; a todos, tanto a aquellos que os encontráis integrados en la Federación de Asociaciones, como a aquellos otros que pertenecéis a las asociaciones independientes de diferentes puntos de España.
La razón de ser de reunirnos en el día de hoy es precisamente homenajearos. Sois los verdaderos protagonistas. El respeto y consideración hacia nuestros mayores, nos motiva a hacer un alto en nuestro agitado día a día y dedicároslo para poder reconocer todo lo que hicisteis por la boina verde.
A todos, tanto tropa como cuadros de mando, ya fuerais de reemplazo o profesionales, todos los que en su día tuvisteis la valentía de dar un paso al frente para servir voluntariamente en las que, probablemente, han sido y seguirán siendo una de las unidades más exigentes de nuestro Ejército, las unidades de operaciones especiales.
Habéis venido desde diferentes puntos de la geografía española para formar, junto a vuestros camaradas, tras algunos de los guiones y banderines de las unidades en las que servisteis hace años.
Quiero agradeceros el esfuerzo que tanto vosotros como vuestras familias y amigos habéis realizado para poder compartir esta jornada que, a buen seguro, llevabais tiempo anhelando.
Tenéis la oportunidad de reencontraros con vuestros hermanos de la milicia, incluso con algunos de vuestros, entonces, mandos; de revivir momentos, experiencias y por supuesto batallitas, muchas de las cuales probablemente habéis contado más de una vez a los que están cerca de vosotros en el día a día.
Formáis frente a los que hoy servimos en el MOE, representáis el origen…, nosotros la actualidad, el antes y el ahora, la tradición y la modernidad… pero en común, unos sólidos valores y el amor a España, siendo el testimonio vivo de que esos valores forjados en vuestra juventud, lejos de difuminarse, han ido fortaleciéndose con el paso del tiempo y han hecho que, tras varias décadas, os anime a desplazaros para volver a formar codo con codo.
Todos los presentes pueden apreciar aquello que exteriormente nos une, lo visible, vistamos de uniforme o de paisano, la prenda que con tanto orgullo lucimos, la boina…, la boina verde con nuestro machete y hojas de roble que de uno u otro modo todos hemos sudado mucho por conseguir y que adquiere su verdadero valor por lo que realmente representa: un estilo de vida, una forma de vivir que, en definitiva, conlleva un particular código de conducta.
Código sustentado por una serie de valores y virtudes que de manera inquebrantable han perdurado a lo largo de los años: valentía, iniciativa, esfuerzo, entrega, compañerismo, generosidad, sacrificio, lealtad, abnegación…
De todos es sabido que lo mejor que tenemos es el componente humano y así es, aquí podemos comprobarlo, es lo que perdura -como vosotros- y la base sobre la que se sustenta todo lo demás.
Las botas de cuero y hebillas, el cetme o subfusil, la PRC o el horno cherokee de antaño, como habéis podido comprobar esta mañana han dado paso a los drones, vehículos, embarcaciones o equipos y armamentos más precisos y sofisticados. Hemos evolucionado…
El actual MOE que tenéis enfrente ha bebido de vuestra esencia, pero supone la materialización de la necesaria e inevitable modernización que responde a las nuevas necesidades de nuestro Ejército, motivaba por las nuevas amenazas y fisonomía de los conflictos.
Os puedo garantizar, que la preparación del MOE, fruto de la extraordinaria experiencia alcanzada en las continuas rotaciones en zona de operaciones, unida a la poderosa motivación de todos los integrantes son nuestras grandes fortalezas para continuar por la senda que vosotros abristeis y afrontar ese futuro (como podemos comprobar en las noticias) incierto, complejo e inestable.
A mis guerrilleros que formáis actualmente en las filas del MOE, deciros que ojalá dentro de algunos años lo hagáis al otro lado del patio. Y que lo hagáis como ellos, con las lógicas huellas del paso del tiempo, con canas o sin pelo, pero con un espíritu, ilusión y orgullo intactos.
El tiempo pasa muy rápido y llegará ese momento en que tengamos que vivir, como ellos hacen ahora, de un modo diferente ese amor y pasión que sentimos hacia nuestra profesión.
Estoy convencido de que nuestra manera de hacer las cosas: preparación minuciosa, perfecta ejecución, flexibilidad; unido a las cualidades de nuestros hombres y mujeres: resistencia, compromiso, entrega, adaptación, iniciativa, confianza, en definitiva, liderazgo a todos los niveles, contribuirán a seguir mejorando el camino marcado por todos cuantos nos han precedido y que ahora tenéis frente a vosotros.
Finalmente, además del recuerdo que tendremos a continuación hacia aquellos que entregaron lo más preciado, su vida, cumpliendo su deber, quisiera destacar y reconocer el incondicional apoyo de todas nuestras familias, familias guerrilleras donde las haya, quienes siempre en la retaguardia nos han permitido que, sin distracciones, pudiéramos cumplimentar nuestra misión.
Y ya para terminar.
Unidos como camaradas, en el agradecimiento hacia nuestros veteranos guerrilleros que sembraron la semilla de la boina verde y con la ilusión y entrega del todos cuantos servimos en el Mando de Operaciones Especiales por el legado recibido, gritad conmigo:
¡Viva España!
¡Viva el Rey!
¡Viva el Mando de Operaciones Especiales!
¡Viva los Veteranos Boinas Verdes!